Opinión: Los damnificados de los sismos y la nula política de vivienda popular de Morena
“Los que no hemos podido recuperar nuestra casa, seguiremos en pie de lucha”. Esas fueron las palabras de varios damnificados que perdieron su hogar en 2017, tras el sismo de 7.1 grados que sacudiría a un México que minutos antes, había realizado un simulacro, el cual desembocaría en un lamentable peregrinar de dolor y sufrimiento para miles de mexicanos que el 19 de septiembre lo perdieron todo.
Desde ese momento, el proceso institucional para que vuelvan a tener un techo ha sido un calvario para los damnificados de la Ciudad de México, Puebla, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz, en donde miles de familias no han logrado levantar sus viviendas a pesar de las promesas de la administración pasada y la que dijo “no somos los mismos” o “primero los pobres”, la del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y su llamada Cuarta Transformación.
Un ejemplo, quizá el más recurrido pero por la trascendencia que tuvo desde 2017, es la capital del país: la CDMX, en donde hasta estos momentos todavía existen mil 690 familias que se encuentran en espera de que la administración del presidente López Obrador y en su momento la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, ahora virtual candidata por Morena al Gobierno Federal, les cumplan lo prometido: recuperar su vivienda.
Esta ayuda oficial prometida a los damnificados, para Morena está prácticamente cerrada. A pesar de que la misma Sheinbaum se reunió días antes del inicio de campaña en las elecciones internas de su partido, prometiéndoles una vez más, que se les resolvería, ya que se trataba de una promesa que hizo cuando era alcaldesa en Tlalpan y después como jefa de gobierno, sin embargo, no existen indicios de que en la gestion de Martí Batres, ahora al mando de la jefatura capitalina, se vaya a cumplir.
La indiferencia de los morenistas no sólo queda en la actitud de la ahora aspirante presidencial, sino que también escala al nivel federal, pues a partir de inicios de 2024, la comisión para la reconstrucción dejará de existir de manera oficial, pues dentro de las medidas del gobierno federal, ahora sus funciones pasarán a manos del Instituto de Vivienda (INVI). Eso solo demuestra que para los de la llamada Cuarta Transformación, ya no hay damnificados.
Con estas modificaciones, la falta de presupuesto y el desdén de todas las autoridades involucradas, el problema de la escases de vivienda en la CDMX, seguirá desdeñándose. Las miles de familias que no tienen un techo digno seguirán luchando para hacerse de uno, incluso quienes ya lo hacen, ahora se enfrentan abiertamente a que se les niega un terreno para poder cimentarlo, pero se entrega a manos llenas decenas de propiedades a cómodos precios a las inmobiliarias en la capital.
Desde hace más de dos años, familias que se encuentran en las filas del Movimiento Antorchista en la capital del país, le solicitaron al gobierno morenista de Claudia Sheinbaum, un espacio donde poder construir sus casas. Después de varias solicitudes y mítines, la promesa fue que el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) les otorgaría un terreno de 999 metros cuadrados para las más de 100 familias que se encuentran viviendo en una bodega abandonada en la alcaldía Álvaro Obregón.
A pesar de este compromiso, la dependencia que asegura “dar prioridad a los grupos vulnerables”, ha puesto un sinfín de pretextos para que lo acordado no se cumpla, como el asegurar que dicho espacio no se pondría en venta “hasta que quedara solucionada la donación”, y por otro lado ponerlo a disposición en las subastas que oferta. Es decir, toda clase de triquiñuelas para paliar la carencia de vivienda de humildes familias capitalinas.
Estas maniobras de la Cuarta Transformación vienen desde que el ahora presidente Andrés Manuel era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, cuando también la misma organización le solicitaba apoyo a la vivienda para miles de familias que tampoco contaban con un patrimonio propio. ¿Cuál fue la respuesta? La misma que se muestra ahora con los colores de Morena y con el poder en la capital y a nivel federal.
Así que esas mentiras y engaños no pueden seguir haciéndonos creer que con un gobierno que sólo se dice “del pueblo”, con antecedentes como los del mismo López Obrador, las cosas van a cambiar “a favor de las mayorías”. La desantención de los damnificados y la nula política de vivienda popular en la capital y a nivel nacional por parte del gobierno de Morena muestran un total desinterés y desprecio por los pobres, los sin hogar, sin trabajo, sin educación, sin salud, sin seguridad, entre otros problemáticas que se agravan día con día. Es necesario ir abriendo los ojos para pensar si esta realidad la vamos a seguir permitiendo, o tendremos que hacer el cambio ya. Las elecciones en puerta son una oportunidad para hacer valer nuestro voto en temas muy importantes como la vivienda popular.