La Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad cobra fuerza
El término “Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad” fue introducido por Hu Jintao en su informe del XVIII Congreso del Partido Comunista de China, en 2012, donde señaló: “Por cooperación y ganar-ganar se entiende preconizar la concientización sobre la comunidad de destino de la humanidad; tener en cuenta las preocupaciones razonables de otros al tiempo de buscar intereses para el propio país, y promover el desarrollo conjunto de todos los países en el proceso de procurar el desarrollo propio; establecer un nuevo tipo de relaciones de asociación más igualitarias y equilibradas, en aras del desarrollo global”.
Xi Jinping retomó el término y lo volvió parte central de su política exterior. En 2015, Xi invitó a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas a “renovar su compromiso con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, construir un nuevo modelo de relaciones internacionales caracterizada por la cooperación mutuamente benéfica, y crear una comunidad de futuro compartido para la humanidad”.
Para ello, Xi Jinping señaló que los Estados debían: 1) crear asociaciones donde los países se trataran los unos a otros como iguales; 2) crear un ambiente de seguridad justo que reflejara intereses compartidos; 3) promover un desarrollo abierto, inclusivo e innovador que beneficie a todos; 4) aumentar los intercambios entre culturas para promover la armonía, inclusividad y respeto a la diferencia; y 5) construir un ecosistema que ponga primero a la madre naturaleza y al desarrollo verde.
Al plantear la Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad, China se presenta a sí misma como un Estado que no pretende disputarle a Estados Unidos la hegemonía mundial, sino que busca un nuevo orden internacional multipolar, sin hegemonismos y donde todos los Estados tengan el mismo peso en la toma de decisiones. China ha dado pasos importantes en esa dirección con el grupo de los BRICS (Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica) y con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, pero en los últimos tres años le ha imprimido más fuerza mediante tres nuevas iniciativas: la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global.
La Iniciativa de Desarrollo Global fue lanzada por Xi Jinping en septiembre de 2021, en el marco de las afectaciones económicas, sociales y sanitarias causadas por la pandemia de Covid-19. La iniciativa plantea la necesidad de revitalizar la economía mundial y de buscar un desarrollo global más robusto, ecológico y equilibrado. Asimismo, llama a promover la cooperación en ámbitos como el alivio de la pobreza, la seguridad alimentaria, la industrialización, el cambio climático, entre otros. Cabe destacar que China es el único país que ha cumplido con el objetivo de la Agenda 2030 de la ONU relativo a la eliminación de la pobreza extrema.
La Iniciativa de Seguridad Global fue presentada por Xi Jinping en abril de 2022, en el contexto del militarismo de la OTAN y la Unión Europea, y la operación militar rusa iniciada en febrero de ese año. Esta iniciativa plantea persistir en la visión de seguridad común, respetar la soberanía e integridad territorial de todos los países, abandonar la mentalidad de Guerra Fría, oponerse al unilateralismo, tomar en serio las preocupaciones de seguridad de todos los países y solucionar las discrepancias entre países mediante diálogos. A la par de esta iniciativa, China ha aumentado su participación en la resolución de conflictos internacionales. Intervino exitosamente para reestablecer las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, en abril de 2023, y encabeza los esfuerzos por encontrar la paz en Ucrania.
La Iniciativa de Civilización Global fue presentada por Xi Jinping en marzo de 2023, en la reunión del Partido Comunista de China con otros partidos de todo el mundo. El presidente de China señaló que el principio de independencia debe permitir diversas vías de modernización, según las condiciones y necesidades de cada país. Esta iniciativa desarrolla la idea de que “modernizar no significa occidentalizar”, es decir, que los países no necesariamente deben seguir los patrones políticos, sociales y culturales de Occidente para modernizarse. La civilización global sería una civilización de civilizaciones que coexisten y se respetan entre sí.
Las tres nuevas iniciativas lanzadas por Xi Jinping vienen a darle mayor densidad al concepto de Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad. Con ello, China avanza en la superación del hegemonismo estadounidense y en la construcción de un mundo multipolar más justo y democrático que facilite el desarrollo de todos los países y no solo de algunos.
Ehécatl Lázaro es maestro en Estudios de Asia y África, especialidad China, por El Colegio de México.