La burla de morena; sin atender enfermedades crónicas y VIH-Sida
El gobierno de morena ha menospreciado la salud de los mexicanos. En su momento, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador desestimaron la pandemia por Covid-19, el cual costó la vida de miles de personas, y recientemente, en la implementación de un plan para prevenir mayores contagios por la viruela del Mono.
Esta semana, la organización México Evalúa, presentó los datos correspondientes a consultas otorgadas por el programa emblema del gobierno de López Obrador correspondiente a la salud: el Insabi; el cual, hasta el corte de mayo de 2022, esta institución había reportado 5.8 millones de consultas, lo que representaba una disminución del 81 por ciento (25.4 millones) de atenciones otorgadas en un mismo periodo, pero de 2018.
Los datos revelan un problema que se agrava cada día. la falta de apoyo a los pacientes con enfermedades crónicas y VIH-Sida.
Al respecto, el colectivo Cero Desabasto ha reiterado que el desabasto de medicamentos en el país se ha agudizado conforme pasa la administración actual y lejos de surtir las medicinas que ante esta pandemia son de suma importancia, la realidad es muy distante del discurso oficial, pues “en lo que va del 2022, la falta de medicamentos se ha agravado en la población con mayor situación de vulnerabilidad: las personas sin seguridad social. Tan sólo durante el primer trimestre del 2022, el IMSS ha negado más recetas que todas las que negó en el 2019. De acuerdo con datos del INDICAS, la población sin seguridad social, que se atiende en unidades de la Secretaría de Salud (SSA), IMSS-Bienestar o INSABI sigue siendo la más afectada y el porcentaje de surtimiento de medicamentos en unidades de primer nivel tiene una tendencia a la baja”. ¿Luego entonces?
Cabe recordar que desde 2019, la falta de medicamentos se agudizó luego de la desaparición del Seguro Popular, y su cambio al INSABI (un sistema de salud como el de Dinamarca ¿recuerdan?), bajo el lema del “combate a la corrupción”.
A partir de ese momento la historia es conocida y padecida por todos, no había medicamentos para el combate contra el cáncer infantil y de mama, diabetes, riñones, ni para costear las 65 enfermedades más caras que atendía lo que el tabasqueño calificó como “ni era seguro ni era popular”.
Es en el caso de los pacientes con enfermedades crónicas y VIH, donde quisiera detenerme un poco más, puesto que dentro del reporte que México Evalúa compartió, destacó que además del desabasto de medicamentos para estos pacientes, repito, que tienen que costear de sus bolsillos desde 2019, se agregó que es de los padecimientos que menos consultas tuvo, al igual que el cáncer. Homicidio disfrazado de discriminación.
Y es que los casos de contagios y gravedad de pacientes que llegan a detectar este virus, han aumentado. ¿Qué se hace? Absolutamente nada.
Para mediados del 2020, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, advirtieron sobre un incremento de casos de contagios de VIH en América Latina, de la cual México poco había hecho en materia de política pública para contener los contagios.
La OMS advirtió de los riesgos por no atender las enfermedades crónicas. Pues de acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida) -que de milagro no lo han desaparecido-, reportó que el número de pacientes en estado crítico en el segundo semestre de 2022 aumentó un 33 por ciento con respecto al mismo periodo, pero de 2019.
Los hospitales en donde eran tratados los pacientes, entre ellos el Hospital General de México, el Infantil de México, el Instituto de Enfermedades Respiratorias, el Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición entre otros tuvieron que ser reconvertidos por la pandemia del Covid, dejando de lado a quienes ya recibían tratamiento y disminuyendo el número de pruebas hasta la fecha, que se tenía en 2019 que rondaba entre el millón 231 mil test.
La organización VIHve Libre, principal defensora de este derecho a la salud para los derechohabientes, asegura que la gravedad en la que llegan los pacientes es tan grave, que las posibilidades de sobrevivir son mínimas. Actualmente 29 entidades registran más de 50 por ciento de pacientes graves.
La misma Secretaría de Salud federal, reconoció en su momento cuatro mil 557 muertes por esta condición en 2020 y cinco mil 293 en 2019, la cifra más alta en 20 años.
La situación de los pacientes con VIH-Sida es sólo un ejemplo de la calidad en la atención a la salud que reciben miles de mexicanos que corren con la suerte de estar afiliados al sistema de atención, quienes carecen de este derecho, el sufrimiento es aún peor.
Desinterés e indolencia ante esta situación es manifestación de que el “gobierno del pueblo” está muy lejos de ser real, que la idea de “primero los pobres” que repite hasta el cansancio el presidente Andrés Manuel y el séquito de funcionarios que repiten sus palabras son mentiras. El costo de esta política de cuarta le está costando la vida a los mexicanos y eso también se llama homicidio.