En un lugar tan importante reconocido por la UNESCO como ciudad creativa de la artesanía y arte popular, como lo es San Cristóbal De Las Casas Chiapas, se vive como en todo el mundo, una remuneración baja a los verdaderos costos de toda la bella artesanía que se vende en los centros turísticos más concurridos del centro de San Cristóbal.
Como ejemplo de esta circunstancias, en Santiago El Pinar, municipio de los altos de Chiapas, un grupo de mujeres tejedoras de bolsas femeninas, se aqueja del precio tan bajo al que les compran su esfuerzo, tiempo, dedicación, creatividad materializada en una bolsa, en blusas, camisas o sombreros, que rebasan las expectativas de la moda en mujeres y hombres que buscan portar los colores de las raíces chiapanecas.
Rosa Gómez cuentan que las mujeres por no poder comunicarse con los mestizos, de tzotzil a castellano, muchas veces imposibilita llegar a un acuerdo donde salgan beneficiados tanto al proveedor que les compra sus artesanías como a ellas que las fabrican.
Pasa que así como ellas, muchos artesanos sufren de lo mismo, los turistas extranjeros, nacionales y locales encuentran el producto hecho por manos indígenas en boutiques reconocidas, propiedad de algún adinerado en la zona, 4 o 5 veces arriba del precio al que lo compran.
Claramente no podría definirse como explotación, pero si como un abuso a la ignorancia. Y en su entender, Rosa Gómez pide intervención o busca a quienes puedan pagarle el verdadero valor de su trabajo, ya que al comprar sus productos deben saber que está pagando las horas trabajo invertido para hacer su un accesorio bello.