Línea 12 del metro, una de las fallas del gobierno federal ¿Aprendimos algo?
El colapso de una estructura en la estación Olivos de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, el pasado 3 de mayo es resultado de varias situaciones como el fraude y la corrupción, pero especialmente un fallo en lo organizacional desde hace años, señala un artículo publicado en Mexicanos Contra la Corrupción y la impunidad por David Arellano Gault.
El investigador recordó que la construcción de la “Línea dorada” tuvo un sobrecosto cercano al 70% y ante las constantes fallas tuvo que suspender el servicio de varias estaciones en marzo de 2014, sin embargo, las deficiencias continuaron sedimentándose a lo largo de varias administraciones de la capital del país.
Entre las condiciones a destacar se encuentra que el STC cambió el ser una organización con experticia técnica para convertirse en una operadora, derivado del declive de ICA como consorcio especializado en metro, aunado a la politización de las decisiones sin contrapesos y el control que ejerce el gobierno federal en el transporte, que implementó soluciones improvisadas, sin importar las consecuencias.
Lo que nos lleva a mencionar el Plan Maestro (como describe Arellano Gault) manipulado por los políticos desde 1997, a lo que se añade la desincronización en el levantamiento de la Línea 12, un proyecto programado para ser entregado antes de que terminara el sexenio y el cambio apresurado de una línea subterránea a una con 15 kilómetros de tren superficial.
Y “se decidió construir una compleja línea del metro a través de un modelo basado en decenas de contratos implementados por diferentes proveedores”, pero el control central técnico y operativo quedó al aire, lo que derivó en la tragedia ocurrida el lunes.