Inhumano el servicio de salud en Chiapas
Don Pablo, busca apoyo para sus medicamentos
San Cristobal de las Casas Cchiapas: La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que produce convulsiones recurrentes, ya sea en una parte del cuerpo como rostro o extremidades, o en todo el organismo, y aunque no hay una edad específica para que este mal aparezca, es más frecuente en la infancia y en la vejez.
Las causas son múltiples, entre ellas los traumatismos del cráneo. A nivel mundial, alrededor de 70 millones de personas tienen epilepsia; en México se estima que tiene una prevalencia de entre 10.8 a 20 casos por cada mil habitantes.
Pablo Encino Gutiérrez, es un habitante de la zona norte de San Cristóbal de las casas, área donde las condiciones geográficas, económicas, de seguridad y de salud son las peores de la ciudad; don Pablo es un padre de familia, dedicado al oficio de albañilería por 40 años, un mal golpe hace 6 años, le provocó epilepsia, prohibiéndose así, el trabajo duro, y como consecuencia la baja económica para su hogar y el recorte de alimentos para la familia.
La situación no conforme, le sumó a su cuerpo, diabetes, hipertensión y cataratas. Por años ha sido atendido en los centros de salud locales, recientemente fue operado de cataratas, a la fecha no ha quedado muy bien, con constancia le dan ataques epilépticos al grado de quedar tendido en el lugar.
La desgracia y la pobreza tocan a la puerta de los más desfavorecidos de esta tierra, don Pablo no cuenta con el dinero para la compra de los medicamentos para controlar sus enfermedades, mucho menos para comprar unos lentes y ayudar su vista, ha buscado en bienestar, el DIF municipal, los mismos centros de salud del IMMS el apoyo para sus medicamentos, y estos le han hecho la peor maldad del mundo; perder su expediente, según informa el señor, y si no está perdido, se lo niegan, porque los burócratas simplemente no quieren buscarlo.
Hoy, don Pablo, no busca más que ayuda de buenos hombres, pues denuncia que en los servicios de salud pública solo le han hecho perder tiempo, por la simple búsqueda de su expediente, fotocopiarlo y llevarlo DIF municipal, y poco a poco pierde la esperanza de que algún día tenga sus medicamentos.
Como este, hay muchos casos de la gente humilde de México, donde el abuso por los asalariados de la salud, es cada vez más inhumano.