La inflación en el país alcanzó su nivel más alto durante el mes de junio, que fue de 6.31 por ciento, el más alto en los últimos ocho años, informó el INEGI al publicar el Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Al igual que en los últimos meses, los energéticos han destacado con la mayor incidencia anual sobre la inflación, seguidos por las mercancías no alimenticias y las alimenticias.
Además, los datos del INEGI señalan que el nivel de precios ha recibido una presión extra por parte de los precios de los agropecuarios, que en meses previos habían restado al indiciador.
En el agregado, el componente subyacente del índice -el cual contempla sólo el desempeño de los bienes y servicios de consumo, eliminando la volatilidad de los precios de agropecuarios y las tarifas predeterminadas como las de energéticos y transporte-, repuntó a tasa anual de 4.83 por ciento.
El total de mercancías apuntó un aumento de 6.33 por ciento anual, para los servicios fue de 3.56 por ciento.
Dentro de este sector, los agropecuarios subieron 8.42 por ciento. Los precios de los energéticos y las tarifas autorizadas por el Gobierno son el elemento de mayor crecimiento, al aumentar 12.86 por ciento en el último año.
Mes con mes la inflación subió a una tasa de 0.25 por ciento, revirtiendo la caída de 0.12 por ciento del mes previo.
Durante junio los productos que presionaron al alza el INPC fueron el jitomate, los boletos de avión, la vivienda propia y la carne de res. Al contrario, los que moderaron su avance fueron la gasolina Magna, el limón, el huevo y la uva.