En Nuevo León: Miedo, zozobra y duelo
Desde hace ya varias semanas, en el estado de Nuevo León se vive un clima de miedo, de zozobra y, lamentablemente, de duelo por la desaparición de jóvenes mujeres cuyas edades oscilan entre los 12 y los 27 años. Durante los meses de marzo y abril, 15 mujeres desaparecieron, de ellas, siete continúan como no localizadas, de acuerdo con información del Grupo Especial de Búsqueda Inmediata (GEBI) de ese estado, sin que se sepa si las ocho ya localizadas fueron encontradas con o sin vida.
Dos casos han llamado la atención de la opinión pública, tanto local como nacional. El de María Fernanda Contreras -Marifer, como le decían de cariño-, de 27 años de edad, quien desapareció el pasado 3 de abril mientras viajaba en dirección al municipio de Apodaca y que desgraciadamente fue hallada sin vida tres días después; casi a las 21:00 horas avisó a su madre que ya iba para la casa, pero ya no llegó. A pesar de que la fiscalía interrogó a la última persona que estuvo con ella, un hombre que presentaba arañazos en la cara y una mordida en la mano, lo dejó ir “por falta de evidencias.” Seis días después, el 9 de abril, desapareció Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, de tan solo 18 años, quien fue localizada sin vida el 21 de abril, trece días de su desaparición; su cuerpo fue encontrado dentro de una cisterna en un terreno del municipio de Escobedo. Su padre ha manifestado su enojo en contra del titular de la Fiscalía del estado y hasta dijo sentirse culpable por haber confiado en él, pues asegura que la policía había ya buscado en la zona donde finalmente fueron encontrados sus restos, al parecer gracias al llamado que empleados de un motel aledaño al terreno hicieron porque percibieron un olor fétido.
Mujeres neoleonesas se manifestaron recientemente exigiendo el esclarecimiento de las 15 desapariciones y la salida del titular de la Secretaría de Seguridad del estado, Aldo Fasci, quien a mediados de abril -antes de la desaparición de Debanhi- descartó “el rumor de que hay una banda secuestrando mujeres, eso no está pasando en Nuevo León, la mitad de los casos son desapariciones por el simple hecho de que no se reportan con sus papás las menores o las mujeres adultas”, aunque el caso de Marifer claramente lo desmienta. De acuerdo con Angélica Orozco, de la organización Fuerza por Nuestros Desaparecidos de Nuevo León (FUNDENL), una de las organizaciones más representativas en el estado, no se trata de casos aislados, como las autoridades quieren verlos, sino de “chicas muy jóvenes desaparecidas en un mismo territorio delimitado”. ¿Cuál es entonces la verdad, señor Fasci? ¿Habrá usted recurrido al gobernador poblano, Miguel Barbosa, para declarar algo tan reprobatorio en un servidor público encargado de la seguridad en su estado.
A pesar de que desde el mes de marzo han venido desapareciendo mujeres, fue hasta el 11 de abril que el gobernador Samuel García Sepúlveda emitió un decreto “urgente y extraordinario” para la búsqueda de mujeres desaparecidas; “utilizaremos -dijo- toda la fuerza del Estado, una visión de cero tolerancia contra la mujer, por lo pronto con 200 agentes dándoles facultades para actuar de inmediato sin barreras y sin excusas en los casos de desaparecidas”. Dicho cuerpo estará bajo el mando de la Fiscalía General del Estado, a cargo de Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez. Este decreto “urgente y extraordinario” llega algo tarde, pues Nuevo León ocupó el quinto lugar en feminicidios en el país, con 57 casos registrados de enero a noviembre de 2021, a pesar de que es uno de los estados más desarrollados del país, y tan solo en marzo y lo que va de abril, como señalé al principio, 15 mujeres han desaparecido.
Además, tanto en el caso de María Fernanda como en el de Debanhi, sus padres y familiares cercanos se han quejado de la lentitud, ineficiencia y de la falta de comunicación de las autoridades con ellos, pues sufrieron días de inmensa zozobra y, ahora, de un terrible dolor. Por desgracia, ellos no han sido los únicos que han padecido el trabajo deficiente y la falta de sensibilidad de la autoridades en la búsqueda de sus hijas. De los casos reportados, faltan, entre otras: Celeste Tranquilino, de 16 años, estudiante de preparatoria; Yolanda Martínez Cadena, de 26 años, trabajadora de en una marca de cosméticos; Sofía Izaely Sánchez y Paulina Solía, de 14 y 16 años respectivamente, desaparecidas ambas en el municipio de Apodaca (mismo donde desapareció Marifer); Allison Campos, de 12 años; Jaqueline del Río, de 15 años (en el mismo municipio donde apareció el cuerpo de Debanhi) y Karen Yedid Valencia, de 24 años. Por todas ellas y por las que aún tienen la suerte de estar vivas, ayer volvieron a marchar en Monterrey mujeres de todas las edades bajo la consigna de “el Nuevo León es feminicida.”
Deseo sinceramente que todavía se encuentren con vida. A sus padres y familiares les hago un respetuoso llamado a que no cesen de luchar hasta encontrarlas y exijan a las autoridades correspondientes, en primer lugar al señor gobernador Samuel García, que no abandonen su búsqueda. Marifer y Debanhi, descansen en paz.