Canciller cubano exhibe documentos que prueban una "campaña intimidatoria" de EE.UU.
* Denuncian comprar votos contra Cuba en la ONU
Jesús Anaya
LA HABANA. – El gobierno cubano lanzó un desafío diplomático de alto nivel, con el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla presentando ante la prensa nacional y extranjera lo que calificó como evidencias de una “campaña intimidatoria y engañosa” orquestada por Estados Unidos para subvertir el voto tradicional de naciones soberanas en las Naciones Unidas.
La declaración, cargada de duras acusaciones, detalla una estrategia mediática y diplomática que, según Cuba, busca aislar internacionalmente a la isla y sostener el bloqueo económico a toda costa, incluso mediante tácticas propias de la Guerra Fría.
En un punto sin precedentes, el Canciller Rodríguez afirmó poseer comunicaciones oficiales del Departamento de Estado que contienen lo que describió como “mentiras, amenazas y lenguaje de la Guerra Fría”. La exhibición de estos documentos eleva la disputa a un nuevo nivel, sugiriendo que Cuba tiene en su poder pruebas tangenciales de la presión ejercida sobre otros gobiernos.
“Denunció una campaña de presión ‘intimidatoria y engañosa’ por parte del gobierno estadounidense, dirigida a modificar el voto tradicional e histórico de varias naciones, especialmente de América Latina y Europa, a favor de la resolución contra el bloqueo”, fue una de las afirmaciones centrales de su discurso.
El Bloqueo: eje de todos los males cubanos
El jefe de la diplomacia cubana fue contundente al reafirmar que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington es “la causa principal de los problemas económicos de Cuba y el obstáculo principal para su desarrollo”. Rodríguez detalló cómo esta política afecta críticamente sectores sensibles para la población, como la salud, la energía y la alimentación.
Frente a las acusaciones de que Cuba representa una “amenaza para la paz internacional”, el Canciller salió al cruce defendiendo la tradición pacifista de la isla y criticando lo que considera un “irrespeto a la soberanía de otros países” por parte de Estados Unidos.
A pesar de la campaña en su contra, el gobierno cubano se mostró seguro de lograr un nuevo respaldo internacional. Rodríguez Parrilla expresó su confianza en que la comunidad internacional volverá a respaldar masivamente la resolución cubana contra el bloqueo, lo que calificó no solo como un triunfo diplomático de la isla, sino como “una victoria del Derecho Internacional y de los pueblos del Sur”.
Esta postura refleja la habitual amplia mayoría que Cuba ha conseguido históricamente en la Asamblea General de la ONU para condenar el embargo, un voto que se ha convertido en un termómetro de la opinión global sobre la política estadounidense hacia la isla.