A través de la SEP, AMLO pretende adoctrinar a estudiantes

Por: Citlali Abigail Ramírez

A través de la SEP, AMLO pretende adoctrinar a estudiantes

El Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana (MCPEEBM) elaborado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), representa una ocurrencia más del gobierno del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), coinciden especialistas quienes afirman que carece de innovaciones pedagógicas y en realidad está encaminado a “ideologizar” a niños y jóvenes.

Fue el 31 de enero cuando la SEP publicó un boletín en el que resumía las pretensiones del gobierno morenista, la misma fecha cuando se iniciaron, en Veracruz, las asambleas donde sentaron las bases para cambiar el diseño de los libros de texto gratuitos de educación básica. Posteriormente, el 26 de abril, el director general de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, anunció que el nuevo modelo educativo desconocerá los actuales libros de texto gratuito, debido a que promueven el “modelo neoliberal”, un modelo “meritocrático, elitista, patriarcal y racista”; y aseveró que el nuevo modelo educativo será “libertario, humanista” y terminará con “el racismo, con las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad”.

Sin embargo, Arriaga no explicó, en ningún momento, cómo se aplicará en la realidad el MCPEEBM, lo cual tampoco hicieron el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuando lo defendió al aseverar que su gobierno no permitirá que sigan formándose profesionistas “deshumanizados” y “egoístas” y cuando la titular de la SEP, Delfina Gómez Álvarez, informó que la nueva política educativa tiene cuatro ejes: 1) Condiciones laborales para el magisterio. 2) Programas y contenidos temáticos. 3) Becas para estudiantes. 4) Mejoras a la infraestructura.

AMLO también afirmó que estos puntos eliminarán la idea de querer “privatizarlo todo, como planeaban los gobiernos neoliberales”. En el documento donde está contenido el MCPEEBM se plantea, además, la eliminación de los exámenes de evaluación internacional –como es el caso de la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA)–, la sustitución de los grados escolares por “fases de aprendizaje”, que están divididas en seis partes y comprenden de los 0 a los 15 años. La primera fase dura tres años; la segunda tres años (1°, 2° y 3° grado de preescolar); las fases tercera, cuarta y quinta duran dos años cada una (los seis grados de primaria) y la sexta fase abarca los tres años de secundaria.

“Igualmente, se plantea una estructura de campos formativos, en lugar de asignaturas, que favorecen la integración del conocimiento (…) Otro aspecto de la transformación curricular, además de la organización por campos formativos es transitar de grados escolares al establecimiento de contenidos por fases de aprendizaje, lo cual permitirá dedicar mayor tiempo a los procesos cognitivos, emocionales, sociales, culturales que las y los estudiantes requieren para el desarrollo óptimo de sus capacidades”, refiere el documento.

Eduardo Backhoff, presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C., explica que el nuevo sistema pretende: “1) Agrupar las asignaturas (o disciplinas) en cuatro campos formativos más amplios (por ejemplo, las matemáticas formarán parte de Saberes y Pensamiento Científico). 2) Agrupar los grados escolares en seis fases de aprendizaje y 3) Trabajar los saberes por progresiones de aprendizaje a lo largo de las fases”.

Sin embargo, a decir de Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), no está claro por qué la SEP pretende sustituir los grados por fases. “Cuando uno lee el documento y que eso es parte del debate, se dice que se va a pasar de tema de grados a fases, pero no queda del todo claro si es una sustitución y si solo es un ordenamiento, como ya ha exigido en otras ocasiones, de los grados por fases de aprendizaje”, aclaró.

Los investigadores coinciden en que si se llegara a imponer el nuevo modelo educativo, no traería nada positivo y que, por el contrario, el resultado sería catastrófico para la educación mexicana; ya que la propuesta carece de diagnósticos y está elaborado solo con expresiones sesgadas a partir de las opiniones personales de algunos funcionarios del Gobierno Federal.

Se olvida la tarea primordial

“No hay una aclaración por parte de la Secretaria; y lo único que escuchamos es que los modelos anteriores eran terribles, pero además no dice cómo lo implementarán ni cómo se le contempla dentro del contexto actual derivado de la pandemia”, advierte Patricia Ganem, investigadora de la organización Educación con Rumbo.

En un comunicado de la Academia Mexicana de Educación A.C., publicado el tres de mayo, se advierte que iniciar en este momento un cambio de programas de estudio atentaría contra la meta obligada de recuperar y regularizar el desarrollo integral de los estudiantes, además de que las autoridades educativas hoy deberían tener como primera tarea reinsertar a la escuela a quienes la abandonaron debido al confinamiento sanitario y a la crisis económica.

“Veníamos de estar atendiendo los efectos de la pandemia. Ésa debería ser la prioridad, todos los esfuerzos deberían estar ahí. No deberíamos estar discutiendo los nuevos libros de texto, ni cosas como el tránsito de grados a fases”, aseveró Alma Maldonado en entrevista con buzos.

Por otro lado, Aquiles Córdova Morán, dirigente del Movimiento Antorchista Nacional (MAN) y articulista de este semanario, en su texto ¿Qué busca la reforma educativa? Comentó que hasta ahora nadie conoce en detalle el contenido de la reforma educativa del gobierno morenista, “ni el papel que jugarán las seis ‘fases’, ni cómo se empatarán con los grados escolares vigentes. Tampoco dicen una palabra sobre los recursos materiales y humanos (maestros) necesarios y adecuados para ejecutar la reforma educativa ‘revolucionaria’ de Marx Arriaga”.

Maldonado asegura también que el nuevo plan educativo, que recoge las ideas del Presidente y Marx Arriaga, está incompleto. “Cuando uno revisa la idea central, donde se presenta la idea que tienen, el proyecto inacabado, pues está muy cargada de adjetivos, mucha ideología por delante en lugar de hacer planteamientos educativos, didácticos, pedagógicos, que sean realmente importantes para mejorar el aprendizaje en las aulas.

“Se usan adjetivos de todo tipo para señalar lo que se hacía anteriormente, con lo cual también se está descalificando el trabajo de los maestros y asumiendo que los maestros no tenían ese espacio de autonomía que finalmente ejercen en su aula”, insistió.

Al respecto, la Academia Mexicana de Educación (AME) coincide en que el documento se limita a descalificar los resultados de otros programas sin fundamentar, en los hechos, sus críticas, además de que deja al margen a más del 70 por ciento del alumnado por no considerar la situación de la población de las zonas urbanas en edad escolar.

También es muy preocupante, añade, “que el diagnóstico no esté fundado en una periodización histórica del desarrollo educativo y que, por tanto, ofrezca muchos datos no integrados a un modelo educativo y, lo que es más grave: presente como principal razón del cambio los efectos de la pandemia, mismos que aún no han sido ponderados ni evaluados.

“Ofrecer, así, sin razones ni argumentaciones de mayor peso histórico y pedagógico una propuesta de cambio total de la educación, atenta contra el bien de millones de niños y adolescentes. Es una ocurrencia momentánea; no un acto de apoyo al desarrollo educativo”, sostuvo.

En cuanto a la eliminación de las evaluaciones internacionales, como la prueba PISA, Maldonado destaca que, si bien un examen o prueba estandarizada no detalla todo de los estudiantes, ni de los maestros, “sí da un panorama de dónde estamos, lo cual es muy necesario para, a partir de ahí, poder intervenir”.

 

La pandemia agravó el problema

México Evalúa emitió, el dos de marzo de este año, el primer diagnóstico nacional sobre el impacto de la pandemia en la educación mexicana. Ahí destaca que 36.6 millones de estudiantes y más de 2.1 millones de docentes fueron afectados por el distanciamiento social provocado por el confinamiento, lo que en el mediano y largo plazo tendrá impacto negativo en la productividad, la competitividad y el desarrollo económico.

Asimismo, una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que poco más de 738 mil estudiantes no concluyeron el ciclo escolar pasado; y que 435 mil (el 58.9 por ciento) no lo hicieron por causas relacionadas con el Covid-19.

Maldonado sostuvo que la SEP ha rehuido su tarea de realizar diagnósticos nacionales y que, por ello, “no sabemos dónde estamos parados en materia de rezago, de abandono escolar y en materia de aprendizaje. ¿Qué aprendieron los niños en este periodo que estuvieron cerrados los planteles educativos? Es un misterio. Por ello, no contamos con esos instrumentos para tener una mejor forma de saber cómo deberíamos estar interviniendo educativamente este momento después de dos años en que los planteles educativos estuvieron cerrados. Es una tragedia”.

La pandemia afectó gravemente al sistema educativo, pero desde la llegada de AMLO a la Presidencia de México, a finales de 2018, la educación había iniciado ya un periodo de declive que se ha agravado al avanzar el sexenio. Este deterioro empezó con la aprobación de la contrarreforma constitucional que echó abajo la profesionalización de la carrera docente; siguió con la eliminación del organismo creado para evaluar y diagnosticar al sistema educativo en su conjunto, y luego se le sumó la política de “austeridad republicana” que quitó cada vez más recursos al sector educativo ya de por sí pobre, escribió Jorge Javier Romero, politólogo y profesor universitario, en su artículo Una aberración a la educación.

Frente a la pandemia y con el cierre de escuelas “la SEP apenas pudo salirle al paso de manera desastrada y sin ninguna idea de cómo revertir la caída de la matrícula en todos los niveles y los efectos negativos de la educación a distancia en el aprendizaje de los alumnos”, detalló.

En septiembre de 2019, AMLO declaró “ya se acabó la política privatizadora en materia de educación”, pero los hechos demuestran que su discurso fue demagogia, pues, solo en ese año, el magisterio fue uno de los sectores profesionales que más perdieron en lo que va del sexenio, ya que en 2019 sufrió uno de los recortes más drásticos al pasar de 783 millones de pesos en 2018 a 447 mdp.

En este sexenio, la educación no es prioritaria para el Gobierno Federal; y cuando el Presidente habla de educación, genera la idea de que no sabe qué está sucediendo en esta área vital para el desarrollo de México, pese a que llegó a Palacio Nacional con el apoyo mayoritario de maestros que esperaban que su labor docente sería revalorada en términos salariales y profesionales, lo cual no se ha visto. Al contrario, entre éstos hay mucha decepción al respecto, lamentó Maldonado.

“No tienen un modelo educativo, se fue Esteban Moctezuma con la promesa de la nueva escuela mexicana que nunca supimos qué era. Llega Delfina, además sin saber si se va a ir de candidata al Estado de México. La SEP está absolutamente disminuida como una entidad que coordina, dirige y regula el tema educativo y de pronto nos salen con este proyecto, que parece haber sido sacado de la manga de un personaje que no viene del ámbito educativo como Marx Arriaga, quien no conoce el tema educativo y con una improvisación completa quiere decirnos que ahora sí viene un cambio de modelo”, criticó la investigadora.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP, A.C.) ha señalado que en el paquete económico, el Gobierno Federal apenas destinó un gasto de 883 mil 929 mdp al sector educativo, equivalentes a solo 3.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más bajo desde 2010, lo que refleja una disminución importante en la inversión social en niños y adolescentes. En contraste, los adultos mayores se han visto más beneficiados con las pensiones alimenticias que bimestralmente otorga el Gobierno Federal.

Cerca de 846 mil estudiantes abandonaron la escuela en el ciclo escolar 2020-2021, la mayoría de educación básica. Durante la pandemia, México ocupó el noveno lugar entre los países con cierres de escuelas más prolongados al acumular 53 semanas sin clases presenciales, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

En contraste con la “austeridad republicana” aplicada a la SEP, los presupuestos de los llamados proyectos y programas emblemáticos del Presidente han registrado aumentos presupuestales importantes, como son los casos del Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas, las becas Benito Juárez y la Guardia Nacional.

“El presupuesto 2022 tiene tintes electorales”, afirmó Ignacio Martínez, investigador académico en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “porque los proyectos que se programen en este presupuesto se continuarán en 2023, para sacarlos adelante y, en 2024, presumirlos”.

Por su parte, Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Michoacán, cuestionó la capacidad intelectual y política de Delfina Gómez para seguir al frente de la SEP, ya que durante su gestión se canceló el programa de Escuelas de Tiempo Completo (ETC), que brindaba alimentación y educación de calidad a 3.6 millones de niños de escasos recursos, y se haya preocupada más por quitar “palabras neoliberales” de los libros de texto que en atender otros problemas educativos de mayor trascendencia.

Entre éstos citó la deserción escolar, el rezago educativo y los daños socioemocionales que enfrentan millones de estudiantes debido a la pandemia de Covid-19. Estos asuntos, no otros, “debieran ser la constante preocupación de Gómez Álvarez; pero esto no sucede.

“Ese discurso de acabar con el neoliberalismo responde a la postura ideológica de este gobierno. Pero más allá de esto está la nula actuación de la SEP, que debería prestar atención a los problemas del sistema educativo y no a los shows de las asambleas para diseñar los libros de texto gratuito”, aseguró en entrevista con el diario El Universal.

Por último, Alma Maldonado insistió en que la SEP está “absolutamente disminuida como la entidad que coordina, dirige y regula el tema educativo” debido a que Delfina Gómez no sabe con certeza si va seguir ahí o se va como candidata de Morena al Estado de México, lo que provoca que la agenda educativa no sea la gran prioridad nacional ni ocupe “el centro de la política social” de México.

“Los padres de familia confían en las escuelas; en que sus hijos están aprendiendo. Ojalá nos volviéramos un poco más exigentes sobre el tema que debería ser central ¿A qué van los niños a las escuelas y cómo podemos saber si sí o no están aprendiendo las cosas que son muy importantes para su vida futura?”.

Finalmente hizo un llamado a la SEP a enfrentar y explicar qué está proponiendo, porque nadie lo aclara, “porque solo escuchamos a un personaje; pero no escuchamos, ni a la Subsecretaria de la Educación Básica, ni a la encargada del tema curricular, ni mucho menos a la SEP”, cuestionó.