Opinión: BRICS+ vs OTAN, análisis de las tres guerras proxy en curso
Desde este espacio hemos dado cuenta de cómo es que Estados Unidos ya está librando la Tercera Guerra Mundial contra Rusia y China. En tanto que la Unión Europea se ha convertido en una especie de “protectorado” imperial, con poca soberanía y esencialmente controlado por Estados Unidos.
Mucha gente no cree la Tercera Guerra Mundial ya comenzó porque no vemos a los grandes ejércitos de las potencias mundiales luchando entre si, pero es innegable que éstas naciones pelean guerras proxy. El consenso de la mayoría es que los libros de historia verán estos años como la etapa en la que comenzaron a germinar las semillas de un conflicto armado a gran escala tras el cual se redefinió la geopolítica.
En este sentido, en un artículo de Nick Giambruno, publicado el 30 de julio en el portal de Internationalman.com y titulado “Las tres principales guerras proxy que determinarán la Tercera Guerra Mundial y reconfigurarán el orden mundial”, se explica cada uno de estos conflictos y las razones por las cuales el grupo de los BRICS+ aparentemente lleva la ventaja por encima de Estados Unidos y sus amigos de la OTAN. Esto podría parecer poco importante, pero es de la mayor relevancia para cualquier inversionista; además de que esto podría representar un cambio radical en las posibilidades de que la cultura y valores occidentales trasciendan en la segunda mitad del siglo XXI.
Los conflictos encubiertos o guerras proxy, en los que importantes potencias mueven los hilos tras bastidores, históricamente han alterado los destinos de naciones enteras. Son un método mediante el cual las grandes potencias libran sus batallas de manera indirecta, utilizando a naciones o grupos más pequeños como sustitutos en lugar de enfrentarse entre sí directamente.
Las grandes potencias apoyan, equipan y financian a grupos o naciones en una guerra delegada para luchar contra un adversario común. Este apoyo puede incluir entrenamiento militar, armas, financiamiento y otros recursos. El punto crítico es que las grandes potencias no participan directamente en el combate.
Estas importantes potencias apoyan estratégicamente a las facciones locales para promover sus intereses sin correr el riesgo de una guerra abierta y extendida, librando una guerra no en el campo de batalla sino a través de alianzas y maniobras encubiertas pero que sin duda tiene un elevado costo humano.
Hay numerosas guerras proxy en curso en esta Tercera Guerra Mundial.
Sin embargo, las tres que se pueden considerar que resultarán decisivas serán las de Taiwán, Ucrania y Oriente Medio. Las demás guerras proxy pueden ser consideradas como periféricas en comparación.
Guerra proxy nº 1: Taiwán
Recientemente, China realizó un ejercicio militar de dos días en Taiwán, denominado Joint Sharp Sword-2024A, como respuesta a lo que ha denominado “actos separatistas” de Taiwán.
En este ejercicio, la fuerza aérea y la marina chinas rodearon por completo la isla de Taiwán con barcos y aviones de guerra. Su objetivo era poner a prueba su preparación para el combate ante un ataque a gran escala.
Muchos creen que los ejercicios son una práctica para una eventual invasión.
Esta demostración de fuerza se produce justo después de que asumiera el cargo el nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te. Cabe recordar que Lai expresó en una ocasión su apoyo a la independencia de Taiwán.
Si Taiwán declarara oficialmente su independencia, equivaldría a declarar la guerra a China.
El statu quo no oficial mantiene una postura ambigua sobre la soberanía de Taiwán: no están declarando su independencia (aún) ni se están comprometiendo a reunificarse con China.
La presidencia de Lai es significativa en el contexto de las ya tensas relaciones entre China y Taiwán. Un nuevo presidente con simpatías independentistas podría ser el punto de inflexión que haga que China actúe.
Pero contrario a lo que muchos piensan, no es seguro que el ejército estadounidense intervenga directamente ante este escenario.
Esto se debe a que China (y Rusia) son los únicos países con arsenales nucleares lo suficientemente sofisticados como para competir con Estados Unidos hasta llegar a la cima de la escalada militar, un concepto que describe cómo puede aumentar la gravedad de un conflicto militar.
En otras palabras, el ejército estadounidense no puede atacar a China con impunidad porque Pekín puede igualarle cada paso hasta llegar a una guerra nuclear total, que es lo que está en la cima de la escalada militar.
La pregunta clave es: ¿Estados Unidos se arriesgará a un Armagedón nuclear por Taiwán? ¿Vale la pena destruir la humanidad so pretexto de la libertad para que los barcos transiten libremente por la zona? Si quieren tener una idea más clara de cómo sería una guerra directa entre Estados Unidos y China, pueden leer mi reseña del libro 2034.
Es difícil creer que eso vaya a suceder puesto que no se trata del territorio estadounidense.
Teniendo en cuenta todo esto, China parece tener la ventaja y reunificará a Taiwán en un futuro no muy lejano.
Lo más probable es que China (y, por lo tanto, los BRICS+) prevalecerán en esta crucial guerra proxy de la Tercera Guerra Mundial. Si eso sucede, probablemente alterará permanentemente el panorama geopolítico del este de Asia.