Opinión: Pronósticos para el año geopolítico 2024: BRICS, Oro, Israel y EEUU
Siempre resulta tentador comenzar un nuevo año realizando alguna serie de pronósticos de eventos geopolíticos que es altamente probable que ocurran y que, de ser así, tendrían un importante impacto en todos nosotros. Con esto en mente, recién leí un artículo de Alasdair Macleod, publicado el 13 de enero en el portal de GoldMoney.com, y titulado “Macleod sobre el próximo año geopolítico: BRICS, oro e Israel se vuelven rebeldes”, en el que se hacen interesantes y relevantes predicciones de eventos geopolíticos que podrían suceder este año.
El autor comienza señalando que en 2024 se acelerará el ritmo de ocurrencia de los acontecimientos geopolíticos, entre los que destacan: 1. La influencia de Estados Unidos disminuirá mientras que la de China y Rusia seguirá en aumento; 2. Como causa perdida, Estados Unidos y la OTAN abandonarán la guerra en Ucrania en los próximos meses; 3. Es probable que los peligros en la situación de Gaza aumenten, ya que Estados Unidos está siendo burlado por Irán, actuando de manera coludida con Rusia, a través de los rebeldes hutíes.
Sabemos que los días en los que Estados Unidos divide y domina sobre los estados del Medio Oriente han terminado. Y si Israel cree que puede simplemente arrastrar a Estados Unidos a ayudarle a resolver la historia de horror de Gaza, pues ha cometido un grave error de cálculo.
Por su parte, Rusia ha asumido la presidencia de los BRICS y en su discurso de Año Nuevo, el presidente Putin afirmó que se planificarán más de 200 reuniones y eventos. La última reunión definitiva tendrá lugar en Kazán en octubre. Parece razonable suponer que Rusia se asegurará de que todos los miembros actuales de este grupo, sean educados sobre las ventajas de adoptar un acuerdo de solución comercial respaldado por oro en lugar del dólar.
Es probable que la nueva moneda respaldada en oro, reemplace al dólar como un paso intermedio entre las transacciones en divisas distintas al dólar. Y también tiene mucho sentido que Rusia ponga el rublo en un esquema de patrón de cambio oro, porque es una de las pocas economías que no requerirá recortes en el gasto público para facilitar la puesta en marcha de dicho patrón monetario. Y a medida que el dólar cae, China debe seguir el ejemplo para evitar que el yuan caiga con él.
Y, finalmente, 2024 es el año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo que significa barriles de grasa para todos. Y con el límite de la deuda pública vigente hasta enero de 2025, a ambas partes les conviene maximizar el gasto antes de que se acuerde el nuevo límite de gasto.
¿Podría ser este el año en que muera el dólar? ¡Sigue leyendo!
El mundo está cambiando…
Generalmente, en la época decembrina, algunos canales de televisión pasan películas como Lawrence de Arabia de David Lean. Esta película nos recuerda la duplicidad y arrogancia de Gran Bretaña y Francia al trazar la línea Sykes-Picot en 1916, para dividir las tierras otomanas en Palestina entre las cabezas de las tribus que las habitaban, sin tener en cuenta sus derechos territoriales ni la exitosa revuelta árabe que unió a los Tribus beduinas por primera vez.
A pesar de esa realidad política, el legado de Lawrence de Arabia y su papel en la unificación de las tribus beduinas en las naciones árabes dieron a Gran Bretaña una influencia duradera en la región, ciertamente hasta mucho después de la Segunda Guerra Mundial. Pero el Sykes-Picot no fue la única intromisión de Londres. El Primer Ministro Balfour con su Declaración de 1917 abrió la caja de Pandora que hoy es el moderno Estado de Israel. Sin embargo, en ocasiones prevaleció el sentido común en Westminster.
Cuando Harold Macmillan pronunció su discurso Vientos de cambio en Ciudad del Cabo en 1960, Gran Bretaña reconocía que ya no podía resistir la creciente marea de nacionalismo que inundaba África y otros lugares. Meses antes, había nombrado a Iain Macleod, secretario colonial para acelerar la transición a la independencia de muchas de las colonias británicas. Y más tarde, en la década de 1960, cuando Harold Wilson era Primer Ministro laborista, abandonó la presencia militar británica “al este de Suez”. Los políticos británicos de ambos partidos habían aceptado la realidad de la influencia decreciente de Gran Bretaña. Hoy, el establishment permanente de Estados Unidos tiene una visión diferente y no está preparado para siquiera considerar la disminución de su influencia en el ámbito global. Si Estados Unidos fuera más pragmático, tal vez el mundo tendría menos guerras.
A pesar de las extremadamente costosas campañas de posguerra en Corea, Vietnam y las ocurridas hasta el día de hoy, las victorias que Estados Unidos ha logrado sólo han sido de naturaleza pírrica, ruinosas para la nación y el dólar. Y a pesar del declive de su decadente imperio, esta versión estatista de Don Quijote, todavía se inclina para luchar contra imaginarios molinos de viento asiáticos. Pero las victorias pírricas se están convirtiendo ahora en derrotas absolutas, como es el caso de Afganistán y ahora Ucrania, que sigue siendo un desastre en curso.
La información de inteligencia reciente es que Valery Zaluzhny, comandante en jefe del ejército ucraniano, ha estado hablando con el General Valery Gerasimov, jefe del estado mayor del ejército ruso y primer viceministro de defensa de Rusia sobre una tregua/acuerdo de paz. En esta negociación se ha pasado por alto al Presidente ucraniano Zelensky, pero en respuesta, Zelensky está redoblando sus esfuerzos para reclutar más soldados en una población masculina agotada, en el marco de una creciente apatía por parte de sus otrora partidarios de la OTAN.
La información del periodista Seymour Hersh es que si bien la Casa Blanca todavía está en contra de las propuestas de paz, ésta sucederá sin la aprobación del presidente Joe Biden. En resumen, los políticos de Ucrania y Washington están desvinculados.
Esta es la segunda vez que sabemos que Occidente rechaza las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, las primeras fueron mediadas por Turquía. Desde entonces, se informa en Occidente que ha habido 70 mil bajas militares ucranianas, las cuales sin duda fueron innecesarias. Pero estas cifras se basan en propaganda gubernamental, por lo que es casi seguro que la cifra real sea considerablemente mayor.
Es en este contexto que los rusos están intensificando sus ataques con misiles contra edificios públicos tan al oeste como la ciudad de Lviv, cerca de la frontera con Polonia. Saben que el ejército ucraniano ya ha tenido suficiente y saben que el apoyo a Zelensky se está desvaneciendo, tanto en Ucrania como en la OTAN. Parece que en los próximos meses la guerra de Ucrania será abandonada por su propio ejército y, por tanto, por sus patrocinadores de la OTAN.
Israel se vuelve rebelde
Estados Unidos y el Reino Unido tendrán dificultades para mantener el control sobre Ucrania. Y ahora hay un problema mucho más complicado que abordar en Israel, el cual tiene todo el potencial para convertirse en algo similar al caos que provocó que el asesinato del archiduque Fernando destara la Primera Guerra Mundial.
El autor, Alasdair Macleod menciona que en lo que respecta a los medios occidentales, todo comenzó con la incursión de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, cuando mataron a varios israelíes y tomaron rehenes. Pero desde el punto de vista palestino, la justificación de su incursión contra los asentamientos israelíes fue la profanación por parte de los israelíes de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, y la creciente violencia de los colonos contra los palestinos. Y el punto de vista de Hamas es compartido por dos mil millones de musulmanes, una cuarta parte de la población mundial. El mundo musulmán ve cada vez más que los israelíes están cometiendo una limpieza étnica, tomando en su posesión territorios históricamente propiedad de los árabes. Y se sospecha que la existencia de importantes yacimientos petroleros frente a la costa de Gaza, lo que da a los israelíes una razón más para eliminar no sólo a Hamás, sino también a Gaza.
La reacción inicial de Estados Unidos fue respaldar a los israelíes. En el pasado, las acciones de Israel probablemente habrían contado con el apoyo incondicional de los miembros de la OTAN que se inclinaban ante la línea estadounidense. Pero eso fue antes de que la unidad árabe se alineara contra Israel y sus partidarios, unidad que ahora abarca a los saudíes y a Irán con sus rebeldes hutíes en Yemen. Y esa es una gran diferencia hoy: la acción estadounidense en la región siempre habían contado con el respaldo árabe de al menos algunos de los principales actores. Los días de las políticas estadounidenses de dividir y gobernar en Oriente Medio han quedado atrás.
Con un mundo musulmán dividido, hace dos años la flota estadounidense podría haber atacado a Irán bajo cualquier pretexto y probablemente salirse con la suya. En cambio, lo que muchos consideran poco más que un ejército de miembros de la tribu Houthi en el punto crítico de Bab El-Mandeb en el Mar Rojo, frente a Yibuti, armado con algunos drones baratos y misiles básicos, está amenazando a la flota más grande y cara del mundo. Aún no estamos seguros de si la flota estadounidense ha reunido el coraje para contrarrestar plenamente esta indignación, dado que su llamada Operación Guardián de la Prosperidad ya ha visto a tres de los aliados europeos de Estados Unidos retirarse: España, Francia e Italia.
Sería un grave error subestimar a los hutíes, quienes, al parecer, pueden incluso pilotear helicópteros después de haber sido filmados aterrizándolos en buques petroleros y de transporte de contenedores que ingresan al Mar Rojo. La guerra civil de Yemen y sus posteriores ataques contra los poderosos sauditas parecen haberlos convertido en una formidable fuerza guerrillera. Ahora que Irán los está impulsando a entablar conversaciones de paz con los sauditas, sin duda los hutíes están ansiosos por una nueva causa.
De todos modos, es la primera ronda para los hutíes: los tránsitos marítimos por el Mar Rojo ahora no son asegurables, lo que parece ser el objetivo proxy de Irán.
No hay duda de que los hutíes intensificarán aún más sus acciones, a pesar de que Estados Unidos, el Reino Unido, Noruega, los Países Bajos, Grecia, Canadá y Australia envíen buques de guerra a la zona como parte de la Operación Guardián de la Prosperidad. Es probable que la acción directa contra los hutíes encienda aún más su celo antiisraelí. Si las palabras van seguidas de acciones contra los hutíes, podemos estar seguros de que el objetivo de proteger el paso seguro a través del Mar Rojo no se logrará y el mundo árabe se verá aún más antagonizado. Una vez más, Estados Unidos podría descubrir que la disuasión se convierte en provocación.
El panorama más amplio de Oriente Medio
Si bien los hutíes son independientes, al igual que Hezbollah, cuentan con el respaldo de Irán y bailan al son de este último. Pero contrariando su reputación extremista, Irán está jugando un juego calculado, tratando de ejercer suficiente presión sobre los israelíes para que retrocedan en Gaza. Por ahora, parecen estar restringiendo a Hezbollah a realizar solamente ataques relativamente menores en el norte de Israel, con la amenaza de que la participación de Hezbollah podría aumentar si Israel no da marcha atrás.
Macleod apunta que mientras tanto, los israelíes parecen estar intentando provocar a Estados Unidos para que adopte mayores medidas directas contra Irán. Podría ser que los israelíes teman que con la unión del mundo árabe, su existencia misma como nación se vea amenazada más directamente y que recurrir a la protección estadounidense sea su mejor opción. Pero sin el apoyo de Arabia Saudita, Egipto y Turquía, es comprensible que los estadounidenses y su alianza occidental se muestren reacios a verse arrastrados a una nueva guerra. La unidad árabe-iraní neutraliza la posibilidad de un acuerdo entre Israel y Estados Unidos que brinde mayor protección contra la hostilidad iraní, lo que presumiblemente implica no sólo eliminar a Hamás sino tomar el control del Líbano y/o Siria y eliminar también a Hezbolá.
El terreno no sólo ha cambiado para Estados Unidos, sino también para los iraníes. De ser visto como una teocracia extrema que emitía fatwas contra los occidentales, Irán se ha convertido en una parte integral de los planes de los hegemones asiáticos. Rusia ha asegurado su asociación en el sector energético y China su acceso al Golfo Pérsico. A través de su membresía en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), de la cual se convirtió en miembro pleno en julio pasado. Irán ahora está directamente involucrado en el futuro más amplio de Asia. No sólo disfruta de una mayor protección bajo el paraguas de la OCS, sino que su geopolítica también se ha alineado con sus objetivos.
Esto explica su respaldo tácito a la acción hutí en el Mar Rojo, que es considerablemente más sutil que cerrar Ormuz, que sigue siendo su salvaguarda en caso de una amenaza directa de Estados Unidos y sus socios de la OTAN.
Para el Consejo de Cooperación del Golfo, que representa a todos los productores de petróleo y gas de Medio Oriente, la agenda de Occidente sobre el cambio climático se ha eliminado a sí misma como fuente de demanda de energía a largo plazo. El futuro del CCG se centra ahora en los mercados asiáticos, dominados por China e India en proceso de industrialización, que hablan de labios para afuera sobre salvar el planeta pero no muestran signos de reducir la demanda de combustibles fósiles.
En asociación con China, Rusia ha jugado bien sus cartas energéticas al incorporar al CCG a su esfera de influencia. La realidad en lo que respecta a la alianza occidental es que el resultado de cualquier acción contra los hutíes o en el Líbano y Siria para proteger el flanco norte de Israel, será determinado por Rusia y China, que desplegarán apoyo regional. Es así que ya no es una cuestión confinada sólo al Medio Oriente.
Los BRICS y la presidencia de Rusia
A partir de esta semana, Rusia sustituirá a Sudáfrica en la presidencia de los BRICS y el número de miembros se ampliará de cinco a diez. Serían once naciones. Pero después de haber solicitado y obtenido la membresía a partir del 1 de enero, Argentina retiró su solicitud el 30 de diciembre, dejando en la organización un total de diez naciones cuya población combinada se estima en 3,300 millones de personas, aproximadamente el 44% de la población mundial. Y de las 30 naciones que expresaron interés el año pasado, otros 15 países han solicitado formalmente unirse a BRICS. Como presidente pro tempore, Rusia probablemente autorizará nuevas solicitudes de membresía en un intento por expandir los BRICS y la propia esfera de influencia de Rusia.
El presidente Putin, en su discurso de Año Nuevo, describió los objetivos de Rusia para los BRICS durante el próximo año:
“En general, Rusia seguirá promoviendo todos los aspectos de la asociación BRICS en tres áreas clave: política y seguridad, economía y finanzas, y contactos culturales y humanitarios.
“Naturalmente, nos centraremos en mejorar la coordinación de la política exterior entre los países miembros y en buscar conjuntamente respuestas efectivas a los desafíos y amenazas a la seguridad y la estabilidad internacional y regional. Contribuiremos a la implementación práctica de la Estrategia de Asociación Económica BRICS 2025 y el Plan de Acción para la Cooperación en Innovación BRICS 2021-2024 para garantizar la seguridad energética y alimentaria, mejorar el papel de los BRICS en el sistema monetario internacional, ampliar la cooperación interbancaria y ampliar el uso de monedas nacionales en el comercio mutuo.
“Nuestras prioridades incluyen promover la cooperación en ciencia, alta tecnología, atención médica, protección ambiental, cultura, deportes, intercambios juveniles y sociedad civil.
“En total, durante la presidencia se celebrarán más de 200 eventos de diferentes niveles y tipos en muchas ciudades rusas. Animamos a participar en ellos a los representantes de todos los países interesados en cooperar con nuestra organización. La Cumbre BRICS en Kazán en octubre será la culminación de nuestra presidencia”.
Con más de cinco eventos planeados en promedio cada semana, Rusia ha puesto considerables detalles en su agenda para los BRICS, que irá junto con sus estrategias militares y energéticas. Claramente, el objetivo debe ser cimentar un firme apoyo de todos los miembros actuales y futuros del BRICS a los objetivos estratégicos de Rusia, que deben incluir el aislamiento del dólar como medio de liquidación de divisas y comercio.
Los lectores recordarán que Rusia quería incluir una moneda para acuerdos comerciales respaldada por oro en la agenda de Johannesburgo, pero no logró obtener el respaldo unánime requerido de los entonces miembros. En retrospectiva, podemos ver la filtración temprana de su propuesta como un dispositivo para presionar a los disidentes. Pero la India keynesiana estaba totalmente en contra y China se mostró tibia. Pero ahora Rusia tendrá una oportunidad más considerada y oportuna para lograr sus objetivos en materia de una moneda de oro, y es probable que el programa de más de 200 eventos esté muy sesgado hacia el logro de este fin.
BRICS y oro
El año pasado, los bancos centrales de todo el mundo acumularon cantidades sustanciales de oro. Hay dos razones obvias para este desarrollo. La primera es la comprensión de que las reservas mantenidas en monedas soberanas conllevan un riesgo crediticio cada vez mayor debido a los elevados ratios deuda pública/PIB y la amenaza de confiscación. Y el segundo es una evaluación del declive geopolítico de Estados Unidos. Si bien el FMI informa sobre las reservas de oro de los bancos centrales y el Consejo Mundial del Oro las distribuye más ampliamente, estas estadísticas son sólo una parte del total, ya que los gobiernos alimentan con lingotes los fondos nacionales de riqueza y otras cuentas ocultas a la vista del público. Por lo tanto, las estadísticas del FMI no reflejan el panorama completo.
Lo que no podemos saber es cuántos banqueros centrales entienden realmente las distinciones y diferencias legales entre dinero y crédito. Sólo se puede concluir que si lo hicieran, el dólar ya habría sido ampliamente rechazado en relación con el oro, porque el primero se sustenta únicamente en la creencia en él, mientras que el segundo ha demostrado ser constante a lo largo de la historia, reemplazando a los regímenes fiduciarios cada vez que finalmente fracasan.
Sin embargo, la acumulación estratégica de reservas de lingotes por parte de los bancos centrales ha ido creciendo silenciosamente durante la última década. Pero con la insistencia de Estados Unidos en que el dólar es dinero y el oro ya no es dinero, es poco probable que cualquier nación neutral que de todos modos esté endeudada en dólares provoque a los estadounidenses y al FMI a tomar represalias al deshacerse públicamente de dólares por oro. Las únicas excepciones son los actores poderosos, como China y los saudíes, o los que ya han sido sancionados, como Rusia e Irán. China ha estado vendiendo bonos del Tesoro estadounidense y comprando oro con las ganancias, mientras Rusia continúa con su retórica anti-dólar.
No sabemos qué iba a proponer Rusia en Johannesburgo con respecto al uso del oro para el tema de los pagos comerciales internacionales, pero el plan más probable habría sido reemplazar el dólar entre ellos como medio de pago común en los acuerdos de divisas. Aparte de las transacciones intergubernamentales, el procedimiento normal para la liquidación comercial es que un importador venda su moneda nacional por dólares y pague dólares a la contraparte comercial o venda los dólares para comprar la moneda nacional de la contraparte con el fin de acreditar a su banco. Suponiendo que un acuerdo comercial no se cierre en dólares sino en monedas nacionales, el dólar sigue estando involucrado. En cualquier momento dado, las transacciones de divisas pendientes con el dólar en un solo tramo ascienden a unos 85 billones de dólares.
Con una organización BRICS en crecimiento junto con miembros, asociados y socios de diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), podemos ver que la mayoría de la población del mundo en el eje Rusia/China está ligada a través del comercio al dólar debido a las convenciones del mercado de divisas. Esto le da a Estados Unidos una presencia en el patio trasero ruso/chino, lo que obviamente es indeseable para los hegemones asiáticos. Lógicamente, la neutralidad del oro es un sustituto atractivo del dólar en estas transacciones comerciales, con un sustituto del oro totalmente redimible en oro y crédito de bancos comerciales creado en su denominación que actúa entre monedas. Utilizado para la liquidación comercial, la mayor parte del crédito creado en la nueva moneda se vuelve autoextinguible. Además, como medio de cambio se puede confiar en que mantendrá su valor mejor que un dólar fiduciario inestable.
Cualquier movimiento hacia una readopción oficial del oro para reemplazar al dólar seguramente socavará la credibilidad del dólar. Sería el mayor desafío al status quo post-Bretton Woods. Es comprensible que haya serias dudas incluso dentro del grupo BRICS sobre las probables consecuencias de un paso tan importante. Pero en el transcurso de 2024, la trampa de la deuda del gobierno de Estados Unidos casi seguramente conducirá a una creciente incertidumbre sobre el valor futuro de las reservas en dólares y sobre la idoneidad del dólar como medio de cambio. Otra consideración, que probablemente se desarrollará con el tiempo, es la devaluación de la deuda en dólares de las naciones emergentes, que seguramente será bienvenida por ellos, suponiendo que puedan estabilizar sus propias monedas.
En otras palabras, a lo largo de 2024 las condiciones para la sustitución del dólar por oro como medida internacional de valor mejorarán con la caída del dólar.
Por lo tanto, es probable que Rusia refine las propuestas que no lograron figurar en la agenda de Johannesburgo antes de presentarlas nuevamente el próximo mes de octubre en la reunión prevista en Kazán, donde deberían tener una mejor acogida. Habrá resultado obvio para los delegados en esa reunión que, con el gobierno estadounidense enredado en una trampa de deuda, tendrá dificultades para encontrar compradores para los bonos del Tesoro estadounidenses que no sean las letras del Tesoro a corto plazo. Como sostengo más adelante, en el actual año fiscal el déficit presupuestario podría superar los 3 billones de dólares, la mitad de los cuales serán intereses de la deuda. Y el dólar ya está mostrando signos tempranos de caída, reflejados tanto en su índice ponderado por el comercio como en el precio del oro en dólares.
Adopción del oro por parte de Rusia y China
Además de que otros miembros de BRICS y la OCS revisen su relación con el dólar, Rusia y China tendrán que considerar la relación entre un dólar en declive y sus propias monedas. El consenso keynesiano sobre el comercio es que las relaciones monetarias de las naciones exportadoras netas maximizan los beneficios comerciales “cuando son competitivas”. Es un argumento que favorece una caída más rápida del poder adquisitivo que la del dólar. Esta línea de razonamiento es engañosa, por decir lo menos. Destaca la lógica de que los precios de exportación más bajos promuevan las ventas, con lo menos obvio: que una política monetaria competitiva erosiona la riqueza nacional y no aborda las relaciones entre la balanza comercial, las cuentas propias del gobierno y los ahorros del sector privado que en realidad determinan la balanza del comercio.
Inevitablemente, llegará un punto en el que se abandonará esta popular línea de razonamiento. De lo contrario, el rublo y el renminbi se hundirán con el hundimiento del barco del dólar.
Los beneficios de poner el rublo en un patrón oro son obvios y crecen todo el tiempo. De hecho, en sus días soviéticos Rusia utilizaba un patrón oro, independientemente del Acuerdo de Bretton Woods (que Stalin respaldó pero no se adhirió) hasta que Jruschov lo abandonó en 1961. La lección para los críticos de la devaluación del rublo es que no curó nada, y el declive de la economía soviética continuó e incluso se aceleró. En vista de esta historia, en Rusia se aprecia en los niveles más altos los beneficios de asegurar el valor del rublo frente al oro, expresado elocuentemente por Sergei Glazyev, asesor económico de Putin, en un artículo para la revista de negocios de Moscú Vedomosti en diciembre de 2022.
Los beneficios son claros: un patrón oro creíble permitiría que las tasas de interés se establecieran a una tasa más cercana a la tasa natural del oro, ajustada por la credibilidad del acuerdo. En lugar de la tasa de interés clave del banco central del 16%, probablemente bajaría al dos o tres por ciento. La expansión del crédito del banco central estaría ligada únicamente a su función como emisor de rublos a cambio de monedas y lingotes de oro, y la expansión del crédito de los bancos comerciales estaría impulsada por la demanda comercial, de naturaleza productiva y, por lo tanto, no inflacionaria.
Con un impuesto sobre la renta del 13% al 15% (máximo) y una deuda pública estimada en sólo el 22% del PIB, la dinámica económica subyacente de la economía rusa no enfrenta el doloroso reajuste de las economías impulsadas por el crecimiento de la deuda, que es necesario para hacer que el patrón oro se mantenga. La única razón creíble por la que Rusia no ha adoptado la obvia política en materia de oro esbozada por Glazyev es que, en comparación, si lo hiciera, asestaría un golpe mortal al dólar, un resultado para el que China aún no está preparada. Pero con el problema de la deuda en dólares aumentando rápidamente, China tendrá que abandonar la falacia de que sus exportaciones dependen del debilitamiento del renminbi con el dólar.
Sabemos por sus políticas hacia el oro tras el nombramiento del Banco Popular como administrador único del oro de la nación en 1983, junto con los flujos globales de lingotes hacia China, que tanto el Estado como su pueblo han acumulado las mayores reservas de oro superficial del planeta. Esta política no se habría implementado a menos que funcionarios con visión de futuro no hubieran previsto las debilidades del sistema monetario posterior a Bretton Woods basado en el dólar. En China se entiende claramente el papel del oro como dinero.
El ritmo creciente de los problemas del dólar sugiere que la transición del rublo y el renminbi al patrón oro, que socava aún más la credibilidad del dólar, se producirá antes de lo que podría esperarse, incluso antes de finales de este año. En cuanto al momento, hay muchos factores variables, no sólo el éxito con el que Rusia persuade a los miembros del BRICS bajo su presidencia para que eliminen el dólar en favor del oro, sino también su cada vez más probable éxito a la hora de expulsar de Ucrania a la OTAN liderada por Estados Unidos, y los acontecimientos en el conflicto entre Israel y Gaza que favorecen a Irán. Además de que 2024 es también el año del cambio político en Occidente, lo que podría tener una enorme influencia en los resultados.
Elecciones estadounidenses y costos de endeudamiento
En 2024, la elección más importante de muchas será la de presidente de Estados Unidos el 5 de noviembre. En vísperas de las primarias estadounidenses que determinarán los dos principales contendientes, todo parece estar que volverá a ser una elección entre Biden y Trump. Por su impacto global, esta elección será la que importará más que cualquier otra.
En junio pasado, Biden promulgó la suspensión del techo de la deuda hasta el 1 de enero de 2025. Desde entonces, la deuda del Gobierno federal estadounidense se ha acelerado hasta alcanzar los 34 billones de dólares (trillion en inglés), siendo la característica predominante los intereses de la deuda, que tal vez representen casi la mitad del déficit presupuestario en este ejercicio fiscal. El nivel de las tasas de interés y, por lo tanto, el costo del financiamiento gubernamental se ha convertido en un tema importante para el banco de la Reserva Federal, que aunque teóricamente es independiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en la práctica no lo es.
Es una de una serie de cuestiones que han estado preocupando a los mercados en los últimos meses. Tras la última reunión del FOMC, los mercados han adoptado la opinión de que la Reserva Federal está pasando del control de la inflación a abordar la situación de una economía en recesión, así como el costo de la deuda pública. En consecuencia, además de la ambición de reducir las tasas de interés, la próxima medida política probablemente sea el abandono del ajuste cuantitativo que provoca un alza en las tasas de interés en favor de la flexibilización cuantitativa que las disminuye.
Con el refinanciamiento de la deuda que vence, será necesario para los Estados Unidos encontrar más de 10 billones de dólares. Eso ya es bastante malo. Pero siendo un año electoral, el regateo sobre el gasto casi seguramente llevará el total de la deuda a al menos 37-38 billones de dólares al final del actual año fiscal (hasta finales de septiembre) y posiblemente incluso dentro de un poco de tiempo a la escandalosa cifra de 40 billones de dólares para fin de año.
Hay un fuerte incentivo a gastar, gastar y gastar mientras no haya un techo de deuda y antes de que se lleven a cabo negociaciones para establecer uno nuevo después de la toma de posesión del próximo Presidente, por lo que es muy alta la probabilidad de que la deuda vigente alcance los 40 billones de dólares antes de que se negocie un nuevo techo. Una recesión, que ya es altamente probable que sucederá, reducirá los ingresos públicos esperados y aumentará los posibles pasivos, lo que podría elevar el déficit presupuestario incluso a más de 3 billones de dólares anuales. En cuyo caso, el que la deuda alcance los 40 billones de dólares dentro de los próximos doce meses se vuelve aún más probable.
La óptica no será buena. La creciente deuda pública y el PIB moderado o en contracción harán que el ratio de deuda respecto del PIB aumente considerablemente. La presión sobre la Reserva Federal para que mantenga las tasas de interés lo más bajas posible seguramente aumentará. Pero de todos modos es poco probable que la Reserva Federal tenga mucho control sobre las tasas de interés porque estarán determinadas por el destino del poder adquisitivo del dólar. El tipo de cambio del dólar con otras monedas dependerá del grado de inversión extranjera en la nueva deuda del Gobierno Federal. Pero, aparte de los compradores cautivos en centros extraterritoriales, la demanda de reservas por parte de los bancos centrales extranjeros ya está disminuyendo. De hecho, los dos mayores tenedores, China y Japón, ya se han convertido en vendedores netos.
En los últimos meses hemos visto evidencia de dificultades en las subastas de deuda con vencimientos más largos y una creciente dependencia de la financiación a corto plazo a través del mercado de bonos del Tesoro. En gran medida, esto se debe a que los bancos ajustan su exposición al riesgo lejos de los préstamos corporativos y los vencimientos más largos de los bonos, un proceso que tiene un tiempo limitado. La financiación gubernamental también ha absorbido la mayor parte de la liquidez de los fondos del mercado monetario, que anteriormente había estado estacionada en el servicio de repos inversos de la Reserva Federal. La facilidad con la que el Tesoro de Estados Unidos ha financiado el creciente déficit presupuestario llegará pronto a su fin y es inevitable que se produzca una crisis de financiación.
Al amparo de una probable recesión, la Reserva Federal enfrentará una presión creciente para monetizar el problema de la deuda tanto como sea posible. Para una moneda fiduciaria en exceso de propiedad de intereses extranjeros, las implicaciones inflacionarias son potencialmente catastróficas para el dólar. La idoneidad del dólar como medio de intercambio internacional ya enfrenta el desafío del oro, al que están recurriendo los hegemones asiáticos y su creciente grupo de partidarios en los BRICS y la OCS.
En consecuencia, con un dólar debilitado, se prevé que en 2024 se produzca una disminución significativa de la influencia global de Estados Unidos. Al ejercer su poder a través del dólar ha creado resentimiento y enemigos en el extranjero. Este podría ser el año en que Estados Unidos descubra que su dominio sobre el mundo está llegando a su fin y que debería haber aprendido de la experiencia y la respuesta de Gran Bretaña a la realidad de su decadencia en los años sesenta.
Alejandro Gómez Tamez es Director General de CONCAMIN y de GAEAP.