Opinión: Paquete Económico 2025 ‘Sobrevivir, pero no prosperar’
La reciente aprobación de la Ley de Ingresos 2025 y el Presupuesto de Egresos proyecta un escenario económico lleno de retos y contradicciones. Mientras el gobierno apuesta por un crecimiento del PIB entre 2% y 3%, la realidad económica pinta un panorama muy distinto: una desaceleración evidente, incertidumbre por reformas estructurales y un entorno internacional lleno de incertidumbre.
Se plantea una recaudación récord sustentada en fiscalización intensiva, ajustes inflacionarios al IEPS y nuevas obligaciones para plataformas extranjeras. Sin embargo, los hogares mexicanos enfrentarán más presión: mayor carga en combustibles, tabaco, refrescos y sin ajustes a deducciones fiscales personales. Al mismo tiempo, el recorte en inversión pública y recursos para áreas críticas como salud, educación y seguridad pone en riesgo la competitividad y el bienestar de la población.
Este paquete económico parece diseñado más para sobrevivir que para prosperar, y con estimaciones de crecimiento tan optimistas como difíciles de cumplir, las finanzas públicas podrían enfrentar presiones aún mayores en el corto plazo. ¿Qué significa esto para el futuro inmediato? Más deuda, más sacrificios y menos espacio para crecer. Todo esto lo explico a continuación.
I. Ley de ingresos 2025
El 4 de diciembre fue aprobada la Ley de Ingresos para 2025, la cual proyecta recursos por 9.3 billones de pesos, así como un 1.58 billones de pesos de deuda interna neta. Dentro de este total, se prevén ingresos presupuestarios por 8.055 billones de pesos, lo que representa un incremento del 5.4% en términos reales respecto a 2024.
La estimación de estos recursos, por parte de la Secretaría de Hacienda y el oficialismo, tiene como base la expectativa de un crecimiento del PIB de entre 2% y 3%, que haría que la recaudación de impuesto sume 5.3 billones de pesos, bajo la premisa de un tipo de cambio estimado de 18.50 pesos por dólar y una plataforma de producción petrolera de 1.891 millones de barriles diarios con un precio promedio de 57.80 dólares por barril. De esta manera, se espera que la recaudación de impuestos pase de representar el 14.4% del PIB en 2024 a ser el 14.7% del PIB en 2025.
Como lo señalé hace algunas semanas, no hay razón para pensar que la economía mexicana pudiera crecer entre 2% y 3% en 2025. Estamos en una evidente desaceleración, y a continuación menciono algunos datos que ilustran lo que está sucediendo: 1. El crecimiento esperado para el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) es de apenas 0.4% en octubre; y 2. En cuanto a la industria, a tasa anual en crecimiento en octubre de este año fue negativa en -3.3%, producto de caídas de -6.8% en minería, de -8.9% en construcción y de -1.2% en manufacturas.
El clima de incertidumbre por la reforma judicial, la desaparición de los organismos autónomos, la revisión del T-MEC que iniciará en octubre 2025, así como las amenazas arancelarias por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, han deteriorado demasiado el clima de inversión. En este contexto, y ante la falta de energía eléctrica y la capacidad de distribuirla, no se puede esperar que la inversión privada compense la disminución del gasto público total de 1.9% en términos reales presupuestado para 2025.
Sólo el gobierno cree en la estimación de un aumento del PIB de entre 2% y 3% para 2025. Para ese año, los analistas encuestados por el Banco de México ubican el crecimiento del PIB en 1.23%, los participantes de la más reciente encuesta Citibanamex de expectativas lo ponen en 1.2%, Banamex lo ubica en apenas 0.2% y en GAEAP/Economex lo estimamos en 0.5%.
Esto tiene importantes repercusiones porque si no se logra esa meta de crecimiento, entonces no se obtendrá la recaudación fiscal esperada y por lo tanto el déficit fiscal y los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) –la medida más amplia del déficit– serán más elevados, presionando aún más las finanzas públicas y poniendo en riesgo nuestra calificación de deuda soberana.
En otras palabras, no se logrará la reducción del déficit presupuestario de 5% a 3.2% del PIB y tampoco se logrará disminuir los RFSP de 5.9% a 3.9% del PIB en 2025. ¿Qué significa esto? Más deuda o mayor recorte a lo poco que queda de gasto de inversión física. En términos monetarios esto significa que no se lograría el objetivo de que los RFSP pasen de 1.99 billones de pesos en 2024 a 1.43 billones en 2025.
Del Paquete Económico 2025, también destaca que, más allá de la expectativa de un crecimiento económico de 2 a 3%, la apuesta para lograr el incremento de la recaudación por parte de la Secretaria de Hacienda, también tiene como base una mayor fiscalización a los contribuyentes cautivos por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) utilizando más herramientas tecnológicas, además de tener un cobro más efectivo de impuestos en las aduanas. Esto último sin duda es una buena noticia para la industria nacional, que se ha visto muy afectada por el contrabando técnico, subvaluación y corrupción en las aduanas del país.
Un punto adicional que se debe destacar de la Ley de Ingresos 2025 es que si bien no hubo reforma fiscal que creara nuevos impuestos o incrementara la tasa de los actuales, el año que viene si habrá un impacto negativo en los bolsillos de la enorme mayoría de mexicanos debido a los ajustes en varias disposiciones vigentes. A continuación explico las más relevantes:
Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS)
Para 2025 el pago de impuestos va a contribuir 57% de todo el dinero que llega a las arcas públicas y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) cobra cada vez más una mayor relevancia; y como primer punto de impacto tenemos que a partir del primer día de 2025 se dará el ajuste anual por inflación a las tasas aplicables del IEPS que se cobra a los combustibles, tabaco y refrescos.
Desde 2016 se hace este ajuste para el IEPS a gasolinas y diésel, y por lo tanto, para el 2025 estas se ajustarán 4.5%, que es la inflación de noviembre de 2023 a noviembre de 2024, de acuerdo con las cifras más actualizadas del INEGI.
A cada litro de combustible automotriz en México se le cobran tres cuotas IEPS: la federal, la estatal y por emisión de CO2. Las tres se actualizarán para 2025 en 4.5%, por lo que en promedio un consumidor de gasolina Magna va a pagar 0.3130 pesos más por cada litro de gasolina que compre. De esta manera, por las tres cuotas IEPS a cada litro de gasolina Magna el pago pasará de 6.87 pesos en 2024 a 7.19 pesos en 2025. Esto implica 12.83 pesos más por cada tanque lleno de 41 litros, de acuerdo con estimaciones elaboradas con información de la Secretaría de Hacienda e INEGI.
Pero aquí no paran los ajustes, porque a los consumidores de refresco y tabaco también aplica una actualización por inflación a sus IEPS.
Para el tabaco, por cada cigarrillo se cobrarían 0.6446 pesos, desde una cuota de 0.6166 pesos que se incluye en el precio final en 2024. El pago de IEPS por cajetilla de 20 piezas pasará entonces de 12.33 pesos este año a 12.89 pesos en el nuevo 2025, con un aumento de 4.5%. Por su parte, con esa misma tasa de inflación, el IEPS para las bebidas saborizadas como jugos y refrescos por litro pasará de 1.5737 pesos a 1.6453 pesos en 2025.
Cabe señalar que, de acuerdo con Statista, el mexicano promedio consume 133 litros de refresco al año en 2022. Esto significa que cada año, en promedio, una persona en México pagará 218.82 pesos de IEPS por consumir refrescos. Cabe recordar que la cuota de IEPS por litro de bebidas saborizadas, y con cualquier tipo de azúcares añadidos, que se cobraba de 2014 a 2019 fue de un peso y fue a partir de 2020 que este valor se actualiza conforme a la inflación.
La recaudación del IEPS tiene cada vez más participación en la generación de ingresos públicos, especialmente el enfocado a combustibles, y por la precaria situación de las finanzas públicas, podemos anticipar que la Secretaría de Hacienda cobrará la mayor parte del año que entra el IEPS al 100%, es decir, sin otorgar subsidios o descuentos al IEPS federal, como lo ha sido mayormente en 2024.
No hay actualizaciones a deducciones de gastos personales
Como segundo elemento de impacto negativo para los hogares mexicanos por parte de la Ley de Ingresos 2025, tenemos el hecho de que como no hay reforma fiscal, esto implica que no hay actualizaciones en las deducciones por gastos personales que cada vez son más caros, tales como los servicios médicos y la educación privada.
Tenemos el caso de los honorarios médicos y dentales, cuyo límite de deducciones por gastos personales es el mismo desde 2015 cuando se estipuló en 15% del total de los ingresos al año. De acuerdo con el INEGI, de enero de 2015 al mismo mes de 2024 el incremento del índice general de precios al consumidor ha sido de 57.76%. Esta elevada inflación, de no estar aparejada de incrementos de la misma magnitud en los ingresos de las familias, merma su poder adquisitivo en términos reales. Cabe señalar que los costos por salud incluyendo los médicos y dentales han subido en promedio 55% en el periodo mencionado.
En tanto los límites de las deducciones por el pago de colegiaturas son los mismos desde 2011, cuando la inflación en promedio por servicios educativos ha acumulado, de menos 29% de diciembre de 2018 a octubre de 2024, que es el registro más antiguo que tiene INEGI. Se estima que de 2011, cuando aplicaron estos límites a octubre de 2024, la inflación general ha acumulado un alza de 81 por ciento.
¿Por qué se sacrifica el gasto de las familias al no permitirles mayores deducciones? Resulta lógico que ampliar estas deducciones representa renuncias recaudatorias de ISR para las autoridades fiscales, lo que presionaría el manejo de las finanzas públicas para Hacienda, que tiene la enorme presión de reducir el déficit fiscal.
Cobro de IVA a plataformas extranjeras de venta online
Desde el 11 de octubre de este año, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), como parte de la Resolución Miscelánea Fiscal para 2024, la obligatoriedad del cobro del IVA de 16% a las plataformas que comercializan bienes en México. Esto para que Hacienda pueda llegar a su meta de recaudación para 2025.
Empresas chinas como Shein en México ya hacen esta retención y lo enteran al SAT, lo que implica un cargo de 16% por IVA, más lo que se pueda determinar en aduanas por impuesto a la importación, de acuerdo al tipo de producto, volumen, cantidad y origen. Estos cobros aplican cuando son compras mayores a 50 dólares (unos 1,011 pesos mexicanos al tipo de cambio del 9 de diciembre de 2025).
Respecto a la fiscalización a plataformas, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha señalado que este cobro de 16% de IVA “es apenas el inicio, no estamos yendo al fondo de estas plataformas”.
II. Presupuesto de egresos
El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025 fue aprobado por parte de la Cámara de Diputados el miércoles 11 de diciembre y, en concordancia con la Ley de Ingresos, en él se establece un gasto de 9.3 billones de pesos, con un incremento nominal de 235.97 mil millones de pesos (mmdp) respecto a 2024, aunque esto implica una disminución de 1.9% en términos reales respecto a 2024. Los Diputados aprobaron el Presupuesto tras una discusión de menos de un día, y pese a tener todo el mes de diciembre para hacerlo.
Del gasto aprobado, 6.4 billones de pesos se destinarán al gasto programable, es decir, aquel que es para brindarle servicios a la población. Con ello, tendrá una disminución de 4.1% en comparación con lo aprobado para este año. En tanto, 2.7 billones de pesos restantes se irán a gasto no programable, es decir, El costo financiero de la deuda, participaciones y Adefas. Con ello, este rubro del gasto aumentará en 3.5 por ciento.
El Presupuesto 2025 contempla una asignación de 2.63 billones de pesos de gasto federalizado, lo que representa un incremento de apenas 3% en comparación con el del año anterior. En cuanto a la política social, las funciones de desarrollo social representan 69.7% del gasto programable, por lo que se estiman recursos por 4.55 billones de pesos.
Cabe señalar que los diputados si hicieron ajustes a la propuesta de Presupuesto enviada por parte del Ejecutivo el 15 de noviembre. Dentro de las modificaciones realizadas, se redujo en 540.5 millones de pesos (mdp) el presupuesto destinado al Poder Legislativo. En particular, se prevé una disminución del 2.4% en la Cámara de Senadores, lo que representan 123.9 mdp, así como una baja del 13% para la Auditoría Superior de la Federación. También destaca el ajuste al Poder Judicial, que sufriría una reducción del 16.3%, lo que se traduce en una disminución de 14.04 mmdp, lo que afectaría a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (714.4 mdp menos), al Consejo de la Judicatura Federal (13.11 mmdp menos), y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (210.6 mdp menos).
Otros de los puntos que se establece, es la reducción de presupuestos a organismos autónomos, como el INE. Aunque se había planteado un presupuesto total de 40.47 mmdp, la propuesta contempla una disminución de 13.47 mmdp, lo que deja a la institución con 27 mmdp. Asimismo, se realizan recortes para la Cofece (488 mdp menos), el IFT (1.18 mmdp menos) y el INAI (494 mdp menos).
Por su parte, hubo 17.3 mmdp que se reasignaron a la educación superior ante las demandas de diversas universidades por los recortes que hubo al gasto en educación en la propuesta original de la SHCP.
Otros puntos que vale la pena destacar del Presupuesto 2025 es que de acuerdo con la organización México Evalúa, el gasto en pensiones, el costo financiero de la deuda pública y las participaciones a las entidades federativas absorberán poco más del 90% de los recursos que se obtengan por el pago de impuestos de los contribuyentes. Concretamente tenemos que las pensiones (tanto contributivas como no contributivas), absorberán 6% del PIB el siguiente año, mientras que el costo financiero se ubicará en 3.8% del PIB y las participaciones en 3.7 por ciento.
La opinión es que el Paquete Económico 2025 es para sobrevivir y que estamos lejos de lo que México requiere ya que el espacio para poder financiar otras políticas, como el gasto de inversión física, queda disminuido. Con este Presupuesto se queda bien con el sector financiero, dado que prevé una reducción de los RFSP a 3.9% del PIB. El controlar el endeudamiento desde luego que es una buena señal para el sector financiero, aunque para lograrlo (dado que no van a tocar los apoyos para pensiones), se recortaron áreas prioritarias como infraestructura, salud y seguridad. Esto último no puede ser una buena noticia porque la economía y la población requieren mayor inversión para estar mejor.
Finalmente, respecto Presupuesto 2025, el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) advirtió que ciertos recortes realizados a ciertos rubros de gasto debilitarían las bases de la competitividad de México. Y cómo no va a ser así, si se recortó el presupuesto de áreas críticas para el desarrollo del país, como la salud, la educación y la seguridad, lo que compromete la calidad de vida y el crecimiento económico.
A manera de conclusión podemos señalar que La Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de 2025 reflejan un esfuerzo por contener el endeudamiento, pero a un alto costo: sacrificando infraestructura, salud, educación y seguridad, pilares fundamentales para el desarrollo económico y social de México. Las proyecciones oficiales de crecimiento económico de entre 2% y 3% parecen más un acto de fe que un análisis realista, sobre todo frente a la desaceleración actual, la falta de inversión y la incertidumbre generada por factores internos y externos.
El gobierno apuesta por una mayor fiscalización y ajustes inflacionarios al IEPS para elevar la recaudación, pero esto significa más presión sobre los hogares mexicanos, que enfrentarán mayores costos en combustibles, tabaco, refrescos y servicios esenciales, sin recibir alivio en deducciones fiscales personales.
México necesita un paquete económico que priorice la inversión productiva y siente las bases para un crecimiento sostenido. Sin embargo, el enfoque actual privilegia la estabilidad financiera a corto plazo, dejando de lado la competitividad, la calidad de vida y las necesidades más urgentes de la población. El país no puede conformarse con sobrevivir; requiere políticas que lo impulsen a prosperar.
Son tiempos de mucha incertidumbre y en GAEAP podemos mantenerte informado.