La política internacional de Nicaragua, ejemplo de soberanía y dignidad nacional

La política internacional de Nicaragua, ejemplo de soberanía y dignidad nacional

La revolución sandinista busca la verdadera independencia nacional… y enfrenta resistencias. El imperialismo y sus aparatos de propaganda no le perdonan querer ser libre; la hostilizan y castigan. Les resulta inconcebible que este pequeño país dé atención prioritaria a las necesidades de los más desvalidos; tampoco le perdonan haber desplazado a la oligarquía del poder. Pero ¿por qué tanto golpeteo contra el gobierno sandinista? Primero, por su carácter popular, que afecta la ganancia de monopolios extranjeros y capitales locales. Segundo, y en estrecha conexión, por su política antimperialista; por querer ser una nación libre, y atreverse a establecer alianzas con China y Rusia.

Sobre este último país, Daniel Ortega afirma: “La Federación de Rusia está librando una batalla por la paz, contra los fascistas, los nazis que [...] dieron golpe de Estado ahí en Ucrania y se instalaron ahí y son los hijos de Hitler […] mientras tanto la OTAN acosando a Rusia, rodeándola de más armas, de más bases y Estados Unidos dirigiendo la orquesta de terroristas internacionales…” (Sputnik, 20 de abril de 2023). Y ha expuesto: “…el multilateralismo de los pueblos y los procesos democráticos que se están gestando, “están enterrando al imperialismo” (Telesur, 24 de junio de 2022).

Y Rusia respalda a Nicaragua. El presidente Putin “Ofreció el ‘apoyo invariable’ de Moscú ‘a los esfuerzos del gobierno nicaragüense para garantizar la soberanía nacional’ y el desarrollo social y económico’…” (DW, 18 de enero de 2022). En el terreno de los hechos, por ejemplo, Rusia ha estado proporcionando autobuses a Nicaragua: 950 unidades desde 2009 (RT). Recientemente, el ministro de Exteriores nicaragüense y autoridades rusas firmaron acuerdos de colaboración en el terreno académico, científico, tecnológico, medicina y agricultura, energía hidráulica, geotérmica y eólica, y suministro de trigo.

El sandinismo estrecha también relaciones con China. En 1985 las estableció, pero fueron canceladas años más tarde por el gobierno neoliberal de Violeta Chamorro, quien prefirió la relación con Taiwán. Recientemente, el 10 de diciembre de 2021, el sandinismo rompió relaciones con Taiwán y reconoció el principio de “una sola China”. Duro golpe para Estados Unidos. Y se prepara un Tratado de Libre comercio con China (algo que, dicho sea de paso, el TMEC nos prohíbe de facto a nosotros), cuyo documento preliminar se signó el año pasado. Además, “Nicaragua y China firmaron un acuerdo para un proyecto de energía térmica […] También la construcción de 12,034 viviendas […] otros en los ámbitos de educación, agrícolas e infraestructura” (Infobae, 16 de abril de 2023). Asimismo, China donó miles de vacunas COVID. “… el ministro nicaragüense de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, aseguró que China está "abriendo una amplia posibilidad de financiamiento, de cooperación, bajo diferentes modalidades […] (se está) construyendo un camino para convertir a la República Popular China en la mayor cooperación bilateral de Nicaragua …” (La Vanguardia, EFE, 15 de abril de 2023).

Al perder un coto de poder, un mercado y fuente de materias primas, “El gobierno de Estados Unidos evalúa más sanciones contra el nuevo gobierno de Daniel Ortega […] y afirmó que reanudar la relación con China profundiza el ‘autoritarismo’ en el país centroamericano. Emily Mendrala, subsecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, dijo que Estados Unidos ‘usará todas las herramientas diplomáticas y económicas a su alcance’ para ‘promover la rendición de cuentas del gobierno’ de Ortega […] incluida una revisión de la participación de Nicaragua en el pacto de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana [Cafta] …” (DW, 11 de enero de 2022).

Pero no se queda ahí. Usa agencias de prensa, aparatos diplomáticos, además de ONG como organismos fachada para desprestigiar, hostilizar, y, de ser posible, derrocar, al sandinismo (en 2018 intentaron un golpe de Estado blando). Operan también algunas universidades privadas ligadas a EE. UU., y a los capitalistas nicaragüenses resentidos contra el gobierno popular; igualmente, algunas organizaciones empresariales. En legítima defensa de la revolución, apegado a la ley, el gobierno retiró el reconocimiento a varias de esas agrupaciones, lo que le mereció otra andanada de ataques.

Pero respondió, y retiró la nacionalidad a varios de los más agresivos personeros de Washington. El 9 de febrero pasado llegaron al Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles, 222 deportados por actos ilegales, terrorismo, desestabilización económica, traición a la patria y por atentar contra la independencia de Nicaragua (de acuerdo con la sentencia leída y fundamentada por los jueces). Fueron recibidos con bombo y platillo, como “héroes de la democracia”. Y declaró Daniel Ortega: “Ellos se imaginaban que íbamos a pedir que nos levantaran las sanciones. No, no estamos pidiendo que nos levanten las sanciones, no estamos pidiendo nada a cambio, es un asunto de honor, de dignidad, de patriotismo. ‘Que se lleven a sus mercenarios’, agregó …” (RT, 9 de febrero de 2023). Obviamente, los tres jueces fueron sancionados por EE. UU.

Pero el pueblo manifiesta su respaldo. “Varios miles de personas marcharon este sábado en Nicaragua para mostrar su apoyo a la decisión del presidente de ese país, Daniel Ortega, de excarcelar y expulsar a Estados Unidos a 222 opositores, acusados de ‘traidores a la patria’ […] [declaraban manifestantes] en Nicaragua queremos vivir en paz, por eso el comandante (Ortega) tomó la estrategia de mandar a estos ladrones a su patria, los Estados Unidos, porque aquí no los queremos” (AFP, 13 de febrero de 2023).

En el mismo tenor agresivo del imperio, en mayo del año pasado, el presidente Joe Biden anunció el envío a Nicaragua de un nuevo embajador, quien, antes de su arribo, “… calificó a la gestión de Ortega de ‘dictadura’ y pidió la salida del país del Cafta…”. El sandinismo respondió: “el Gobierno de Nicaragua, en uso de sus facultades y en ejercicio de su soberanía nacional, retira inmediatamente el beneplácito concedido al postulante Hugo Rodríguez…” (Infobae, 2 de mayo).

Y Europa baila al son que le toque Estados Unidos. “El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró que [Nicaragua] es una dictadura pura y dura […] como nuestras críticas no les gustan, pues retiran los plácets hechos a nuestros embajadores […] Nicaragua respondió […] en estas circunstancias y frente al permanente asedio del derecho de nuestro pueblo a la soberanía nacional, no recibiremos a su representante” (Infobae, 21 de abril de 2023).

Nicaragua decidió hace tiempo liberarse de los saqueadores imperialistas y de sus cómplices de la oligarquía criolla. Y ha optado, exitosamente, de forma soberana, por buscar aliados cuya colaboración facilite el desarrollo y la superación de ancestrales rezagos. Por eso las represalias de Estados Unidos, que, fiel a la Doctrina Monroe, no admite naciones libres en su “patio trasero”: “América para los americanos”. Por eso impone y derroca presidentes, y se arroga la potestad de calificar si son buenos o malos, demócratas o dictadores, y, llegado el caso, de invadir países. Así, pues, aquel pequeño país centroamericano representa hoy por hoy en América un ejemplo de dignidad nacional y ejercicio valiente de soberanía, en busca de una vida mejor para su pueblo.

Texcoco, México, a 17 de mayo de 2023

Abel Pérez Zamorano es Doctor en Desarrollo Económico por la London School of Economics/ Profesor - Investigador en la Universidad Autónoma Chapingo.

Síguelo en Twitter como @aperezzamorano