Morena pretende secuestrar la democracia de México

Morena pretende secuestrar la democracia de México

Los ataques y amenazas contra el Instituto Nacional Electoral (INE) continúan arreciando por parte del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, quienes buscan a como dé lugar imponer su Reforma electoral y desaparecer el carácter autónomo de dicho órgano, para convertirlo en uno a modo para sus fines políticos. Cabe la duda: ¿por qué la propuesta viene desde el mismo Ejecutivo y no desde los opositores?

Se acercan las próximas elecciones de 2023, en donde se jugará una de las entidades más importantes para los comicios federales y bastión del priismo: el Estado de México. Al siguiente año, 2024, serán las presidenciales, y la simpatía tanto de López Obrador como de Morena no es la misma que la de aquel 2018. Un primer aviso.

Desde el púlpito mañanero, el propio Andrés Manuel se ha encargado de adjetivar, al puro estilo de una pelea callejera de la cual el mandatario no ha salido, contra todo aquel que se atreva a ser opositor y contra quienes manifiestan sincera preocupación por el riesgo que significa la desaparición del INE.

Claro está que estos ataques son de tiempo atrás, pero ahora tienen una particularidad: la Reforma electoral. Diversas voces especialistas, principalmente aquellas de quienes han fungido como árbitros electorales en el IFE de aquellos años, así como el INE, externan el peligro que representa el permitir que la iniciativa pase, pues hacerlo le dará el control absoluto del poder al Ejecutivo y a Morena. Esto es, es volver a aquello contra lo que lucho y por lo que se creó el INE: la absolutización del poder en manos de un solo partido, al más puro estilo del PRI.

Varias son las alertas que vienen en dicha Reforma y que vale la pena mencionar aunque sea de manera general, con el propósito de que quienes lean este escrito conozcan y tomen conciencia de la “puñalada trapera” que se estaría dando a la democracia de nuestro país, ya de por sí capturada por el partido de la “esperanza”. 

*En primer lugar, el nombre del INE pasará a INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas), porque como al presidente se le ocurren encuestas para “legitimar” sus descabelladas decisiones, se tienen que tomar en consideración esos “ejercicios”. Nada más que, desde ahí, hay un severo problema porque también se busca reducir el presupuesto al órgano electoral. Y, entonces, ¿con qué se van a hacer todos esos “ejercicios democráticos”?

*Otro punto a destacar, de los más importantes, tiene que ver con la elección de los consejeros del INEC y magistrados del Tribunal Electoral, los cuales serán propuestos por los tres poderes de la Unión, de los cuales: Ejecutivo y Legislativo son dominados por Morena, y Judicial, a través del “voto popular” en elecciones abiertas. Esto representa un riesgo severo, puesto que dicho cargo se centra, precisamente, en la autonomía e imparcialidad que cada árbitro electoral tiene, por que no son gentes, a diferencia de los políticos, que aspiran a un cargo popular. En caso de aprobarse estas elecciones adicionales, tendrán que realizarlas con recursos que no están contemplados en el presupuesto raquítico que le quieren dar al INEC, como ya lo dije anteriormente, lo que abre las posibilidades de intervención del crimen organizado y el acercamiento de los candidatos a consejeros a los partidos políticos ya existentes, que demostraría la parcialidad que cada uno representará.

 *Eliminación de los órganos electorales locales, es decir, ya no existirán los institutos electorales de cada entidad, así como los tribunales que organizaban las elecciones a gobernadores y diputados locales. Todo ese ejercicio será operado desde el INEC, lo que obviamente habla de una concentración exacerbada de poder, que, si tomamos en cuenta los puntos anteriores, adelanta un descaro total con el fin de orquestar fraudes electorales, esos que tanto criticaron los de la 4T al PRI. Sin embargo, esta iniciativa “casualmente” no contempla qué hacer para evitar los fraudes electorales, que están más que comprobados y que son cometidos por el mismo partido Morena, ahora más que en otras ocasiones. ¿Por qué no dicen nada de eso? ¡Ah claro, de eso sí que se les olvidó!

*Plantea la reducción de diputados de 500 a 300 y de senadores de 128 a 96, así como menos minutos diarios de propaganda política en radio y televisión. Aquí, hay que tomar en cuenta que, aunque Morena tiene mayoría en ambas Cámaras, ese porcentaje no siempre es suficiente para aprobar las iniciativas mandadas por el Ejecutivo, por lo que se tienen que echar para atrás, como es el caso de la Reforma electoral. Además, recordemos que el gobierno de la 4T busca redireccionar los recursos para los programas clientelares que le garanticen votos en los siguientes dos años.

El peligro es inminente,  al haber renovación de consejeros para el siguiente año, entre ellos el consejero presidente, que podría ser afín al mismo tabasqueño y que demostraría el inicio del secuestro del órgano regulador democrático que, de hecho, le dio el triunfo a López Obrador y a Morena en 2018.

El terreno para los comicios de 2023-2024 se comienza a preparar y Morena lo tiene bien claro, puesto que el ejercicio de poder ha comenzado a causar inconformidad y rechazo en las capas más desprotegidas, aunque el presidente insista en su nauseabunda frase de “los otros datos”. Ya no es el partido “fortalecido” de cuatro años atrás, ya el tiempo que han permanecido en el poder ha comenzado a minar en quienes vieron una “posibilidad de mejorar su realidad”, y como los del poder lo tienen presente, comienzan a blindarse para asegurar su permanencia o preparándose para desconocer los resultados en caso de no ser favorecedores. Pero aún hay algo más peligroso: concentrar el poder en una sola figura, demostrando su ambición y autoritarismo dictatorial, quitando todo lo que le estorbe, como la autonomía de los órganos democráticos. Vamos, pues, directo a una dictadura.

Los mexicanos debemos estar enterados de estas amenazas a nuestra democracia, porque es a través de ella que podemos hacer los cambios que tanta falta hacen en México y redireccionar el país con un gobierno emanado del mismo pueblo, que realmente vea por el bien de todos. Para eso, primero es necesario conocer los órganos que se encargan de ello y que respaldan nuestras decisiones en cada elección. Si no conocemos y defendemos al INE, esa posibilidad de cambio será secuestrada por Morena y continuaremos viviendo bajo la ley de la imposición.