Irán camina hacia su autosuficiencia

Por: Nydia Egremy

Irán camina hacia su autosuficiencia

Los expertos en geopolítica plantean un cambio de época ahora que declina Estados Unidos (EE. UU.) y emergen China como el gigante asiático económico-tecnológico, Rusia como potencia energético-militar euroasiática; e Irán que se proyecta como actor clave global con su potencial energético, tecnológico y su creciente actividad político-diplomática.

Con 85 millones de habitantes, el 85.5 por ciento alfabetizados –contra 16 millones de analfabetas en EE. UU.– la República Islámica de Irán eligió, el 18 de junio de 2021, a Ebrahim Raisi como Presidente y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas para un periodo de gobierno de cuatro años. 

Medios occidentales como France 24 llaman al mandatario “clérigo ultraconservador”; la CNN lo describe como un personaje que generó “esperanzas de relajación en las tensiones con Arabia Saudita” en medio de negociaciones nucleares estancadas; y la BBC previó su gestión como la de un fiscal de mano dura contra la corrupción.

En el balance de sus nueve meses durante el cargo, el presidente iraní destacó que se han resuelto de modo favorable las preocupaciones sobre la protección de la vida de las personas por el SARS-COV2. Explicó que el problema más importante generado por la pandemia fue enfrentar el duelo de más de 700 familias.

 Afirmó que está garantizado el suministro de productos básicos y la dotación de reservas en divisas y riales (moneda iraní); que se estimuló el comercio exterior y que se incrementan las ventas de petróleo. Además de que la reforma en el modo y la ubicación de los subsidios en bienes básicos avanza.

La inversión en educación de alto nivel ha posicionado al Estado persa en las listas mundiales de las mejores universidades. Nueve universidades de Irán figuran entre los 200 centros superiores de enseñanza en el mundo, entre ellas la Universidad de Tecnología Sharif, que en el país ocupa el primer lugar por su calidad de cátedra.

La Universidad de Teherán ostenta el sitio 24 en la enseñanza de ingeniería mecánica, el sitio 58 en ciencias físicas y el 94 en ciencias informáticas y la Universidad de Tecnología Amirkabir es ejemplo de calidad en ciencias agrarias.

Diplomacia y desafíos

El presidente de Irán se comprometió a mejorar la vida de los habitantes mediante el impulso de la tecnología e industria. Para lograrlo ofreció que su gobierno buscaría interactuar con el mundo y tener relaciones amistosas con países vecinos. Y fue así como, en la primavera de 2021, Irán anunció su disposición a resolver diferencias con Arabia Saudita.

Ambos Estados son protagonistas en Medio Oriente y han sido considerados adversarios irreconciliables porque son los más influyentes en la región. En abril del año pasado iniciaron un diálogo sin precedentes que hizo recuperar la confianza mundial en la diplomacia.

Un año después, el canciller iraní, Saeed Khatibzadeh, anunció: “estamos listos para continuar las conversaciones y para solucionar las diferencias. Hemos presentado nuestros puntos de vista por escrito a la parte saudí y ellos deben hacer lo mismo”, según la agencia china Xinhua. La CNN reflejó el asombro de Occidente en este título: A medida que EE. UU. se retira de la región, Arabia Saudita e Irán intentan arreglar las cosas.

Sin embargo, es más difícil convencer a EE. UU. de que cumpla sus compromisos con el Acuerdo Nuclear Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) suscrito en 2015. Teherán se comprometió a mantener un plan nuclear pacífico y Occidente a levantar las sanciones. En 2018, Donald Trump retiró a su país del acuerdo y endureció las sanciones contra Irán.

Ya con Joseph Robinette Biden en la Casa Blanca, el presidente iraní lo exhortó a cumplir con las obligaciones que establece el pacto y a que levantara las sanciones porque operan como cerco de máxima presión contra Teherán.

Entretanto, los negociadores iraníes han mantenido pláticas con delegaciones de los países signatarios para reactivar el acuerdo. La sexta ronda en Viena parecía prometedora; y el nueve de marzo, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, celebró el énfasis por reabrir canales diplomáticos con Teherán.

Rusia está dispuesta a recuperar el acuerdo. El Ministro del Exterior, Serguei Lavrov, pidió a Washington garantías escritas de que las sanciones no afectarán su derecho a una “libre y completa cooperación comercial, económica, de inversión y técnico-militar con Irán”.

En ese contexto se produjo el conflicto entre Rusia y Ucrania, cuyos efectos colaterales han exhibido el notable potencial energético de la República Islámica de Irán, productor de crudo y gas natural. Ante la crisis energética que genera el conflicto en Europa del Este, Occidente puso su atención en el petróleo iraní y venezolano para sustituir al ruso como gran proveedor de energía.

Es enorme la necesidad de energía de EE. UU. Hace meses importaba 178 mil barriles diarios de Rusia (casi el tres por ciento de su consumo total) y se estima que la actual producción de Venezuela no cubre las necesidades de energía de la superpotencia.

Por ello, analistas como Roberto Mansilla Blanco señalan que Biden intenta abrir un canal alternativo de negociación con Irán para acceder a su petróleo, a cambio de “moderar” las sanciones. Incluso se ha insinuado el disgusto de Teherán porque el conflicto Moscú-Kiev distrae su intención de reactivar el acuerdo nuclear.

Sin embargo, toda cercanía con China, Rusia e Irán es vista como amenaza por Occidente, en particular para el imperialismo estadounidense. De ahí que se silencien aspectos interesantes del intercambio Teherán-Beijing-Moscú, como la visita a Moscú del presidente iraní el 21 de enero, o el ejercicio conjunto “Cinturón de Seguridad Marítima” que realizaron en febrero o la participación iraní en la Unión Económica Euroasiática (UEEA).

El Pérsico en la mira

Es crucial ver a Irán como actor clave en la seguridad del Golfo Pérsico, donde la navegación mundial comunica a Europa con Asia a través del Estrecho de Ormuz, que conecta con el Mar Rojo y el Canal de Suez. Teherán ha sido histórico y diligente custodio de la seguridad en ese paso de buques-tanque que suministran petróleo y productos básicos.

En su afán por controlar ese canal, EE. UU. desplegó ahí al portaaviones USS Abraham Lincoln, al USS Arlington, un escuadrón de bombarderos y un sistema de defensa aérea. La intención es enviar un “mensaje inequívoco” a Irán, declaró John Bolton, el asesor de seguridad nacional de Donald Trump.

En julio de 2019, Occidente mostró su deseo de obstaculizar la libre navegación de embarcaciones iraníes ahí y por otros mares del planeta. La Marina Real británica capturó, en aguas españolas del Estrecho de Gibraltar, al buque cisterna iraní Adrian Darya 1 y fue retenido por varias semanas.

Londres alegó que la embarcación violaba las sanciones de la Unión Europea al transportar crudo a Siria, lo que Teherán negó. El primer ministro del Peñón de Gibraltar, Fabián Picardo, decidió liberarlo e ignorar las advertencias estadounidenses para mantener varado al barco, que tras ser liberado se dirigió hacia El Pireo, en Atenas, donde se le negó el acceso.

A su vez, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica detuvo al petrolero de bandera sueca Stena Impero en el Estrecho de Ormuz. “Se dirigía a un puerto saudita; y al pasar ahí de pronto cambió su rumbo”, lo que viola la ley marítima internacional e Irán debe investigar lo sucedido, reportaron las autoridades.

Para el diario británico Daily Mail, el hecho confirmó que la Marina Real ya no tiene poder en el Golfo Pérsico para enfrentarse a Irán. A su vez, el Viceministro de Gobierno de Inglaterra, Tobías Ellwood, concluyó con la petición de más inversión en el sector de defensa para su país.

Sin gran atención mediática ocurrió un hecho inédito en el Golfo Pérsico el 29 de junio de 2021: ese día, el ministro israelí de Relaciones Exteriores inauguró la primera embajada de su país en Emiratos Árabes Unidos; y así el estado sionista expandió su presencia en la región a solo siete meses de “normalizar” sus vínculos con esa monarquía árabe.

“Estamos aquí para quedarnos y llamamos a los países de la región para reconocerlo y vengan a hablar con nosotros. Israel está interesado en la paz con sus vecinos. Con todos sus vecinos”, declaró Lapid. Su primera frase sintetiza la aspiración del régimen expansionista; pero es falso que le interese la paz con todos sus vecinos. Al menos no con Irán.

En cuestión de meses se conformó una alianza contra Irán entre Israel y sus nuevos amigos, entre ellos Baréin. En febrero, el nuevo primer ministro israelí, Naftalí Benet, viajó ahí para beneficiarse con inversiones, comercio y economía, advirtió Swissinfo.

Entretanto, la Armada de la Guardia Revolucionaria iraní denunció que, en unas semanas, detuvo a varios buques con tripulación extranjera que pescaban muy cerca de la costa iraní. Ésta es una amenaza constante.