Gobierno retrasa entrega de recursos a refugios para mujeres

Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa

Gobierno retrasa entrega de recursos a refugios para mujeres

La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), de la Secretaría de Gobernación (Segob), entregó, en junio pasado, una mínima parte de los recursos destinados este año a los centros de atención a las mujeres víctimas de violencia extrema de género e intrafamiliar.

Este recurso retrasado, que debió entregarse en marzo, provocó la sobrecarga de trabajo, la suspensión o disminución de sueldos al personal, el endeudamiento de los refugios con sus proveedores y la postergación de tratamientos y talleres especializados de las usuarias.

A estos centros de atención llegan mujeres, niñas y niños con necesidades médicas, psicológicas, nutricionales y educativas muy específicas, generadas por la violencia de esposos, parejas u otros parientes.

En México, la violencia feminicida cobra cada día la vida de 11 mujeres y niñas; y a decir del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la existencia de estos refugios –la mayoría creados y activados por organizaciones civiles– es determinante para que muchas mujeres sobrevivan, impidiendo que sean asesinadas.

Estos espacios funcionan principalmente con los 420 millones de pesos (mdp) que el Gobierno Federal asignó para 2022 a la Secretaría de Gobierno en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF); y para que ésta, a su vez, lo destine al Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus Hijas e Hijos.

Tania Reynosa Mayora, quien encabeza el refugio de la organización civil Espacio Mujeres para una Vida Libre de Violencia A.C. (EMVLV), en la Ciudad de México, informó en entrevista que el subsidio recibido por este grupo representa el 80 por ciento de sus gastos anuales; y que obtiene el 20 por ciento restante de donaciones, del sector privado y la sociedad civil.

La luchadora social comentó que el refugio que dirige vivió en la incertidumbre total hasta junio pasado, porque el apoyo federal, que debería haber sido entregado en marzo, llegó hasta fines del primer semestre de 2022.

La carencia de este subsidio provocó que desde abril hubiera consecuencias negativas en el hospedaje, servicio de enfermería, alimentación, atención psicológica, jurídica y educativa para las ocho familias (ocho mujeres y 23 infantes) que atiende habitualmente. Tania reveló que entre éstos hay niñas y niños de seis meses y hasta de 13 años de edad, la mayoría con rezago educativo severo.

La falta de dinero también obligó al grupo a suspender, desde marzo, la contratación de talleristas para su programa de autonomía laboral; los servicios de la nutrióloga se postergaron; también se suspendió el servicio dental para una mujer que había sido pateada por su pareja.

Durante una visita que buzos realizó al refugio, el personal reveló que debió trabajar horas extras para cubrir los puestos que ya no se contrataron; y tuvieron que “hacer malabares” para conseguir medicinas y utilizar los lápices de colores y los cuadernos escolares que les quedaban.