En lo que va del año han aumentado las denuncias por violencia contra niños y adolescentes en el EdoMex

La Subprocuradora de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México, Cristal Yunuen Pozas Serrano, informó que en lo que va del año en las últimas semanas, se ha registrado un incremento en el número de denuncias relacionadas con maltrato físico, sexual y verbal, pero lo más alarmante es que recientemente se han registrado casos en los que las madres son las que agreden a sus propios hijos y en muchos casos estos son menores de edad.

Cabe mencionar que el año pasado se abrieron 15 mil expedientes y en lo que va de este año se suman siete mil carpetas por dichos delitos, lo que representa que en estos seis meses del 2019 en promedio se registrarán mil 166 casos por mes, 291 por semana y 41 agresiones a menores por día, aunque estas cifras podrían ser mayores por los eventos que no han dado a conocer las autoridades del Estado de México.

Aunque el sexo femenino es más violentado por la poblaciones, además de que existen más niñas y mujeres adolescentes que niños y hombres jóvenes en la entidad, pero las mujeres son las que enfrentan más casos de violencia sexual y los hombres viven maltrato verbal y físico.

Sin embargo, la Subprocuradora puntualizó que en la niñez y adolescencia  los padres son los principales agresores, seguido de los tíos, padrastros o madrastras de los pequeños.

Actualmente, dos pequeños se encuentran en un albergue del gobierno con daños neurológicos (daños en el sistema nervioso central), luego de que fueran golpeados por sus padres, ante esto, Pozas Serrano, señaló que actualmente se encuentran 273 niños, niños y adolescentes en albergues del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM).

Para contrarrestar las cifras de maltrato hacia los menores del Estado de México, primero se debe  procurar que los padres de familia tengan una crianza positiva, que cuenten con tolerancia hacia sus hijos, ya que por lo mismo, los adultos comienzan a generar violencia física o psicológica.