De las montañas a un hogar. Las claves de las reubicaciones masivas de China para combatir la pobreza
• La reubicación de más de tres millones de residentes en nuevas urbes con todos los servicios integrados les permiten acceder a calidad de vida
Shaanxi.- Vivir encadenado a viajar grandes distancias de tu casa a tu centro de trabajo, es el costo que la fuerza de trabajo de muchas regiones del mundo, incluido México, paga para sacar adelante a millones de familias y poder acceder a una fuente de ingresos. En China, se opta por la reubicación y el diseño de un nuevo prototipo de entorno urbano. Así, de vivir en las montañas y acechados por deslaves, miles de familias que están saliendo de la pobreza ahora gozan de la honrosa medianía conectados en su fuente laboral en sus propios vecindarios o en las zonas de alta tecnología de esta provincia.
Una de las historias que pudimos documentar está en la comunidad de reubicación de Ziyunnanjun, una de 20 similares, situado en el condado de Jianchi, abarca unas 4 hectáreas, con una superficie de construcción de 61 mil metros cuadrados que ya alberga 696 viviendas de reubicación. Residentes locales del condado, principalmente del sector rural, también acceden a este programa de mejoramiento de vivienda, lo que contabiliza a 1,213 personas, 381 hogares, mientras que la mayoría, 1475 personas, de 381 familias, fueron reubicadas y provienen de otras localidades.
El gobierno de la República popular china ha destinado esfuerzos financieros importantes para materializar esta modalidad de vivienda popular, pues cada nuevo residente, llega a pagar entre 2,500 yuanes o máximo 10 mil yuanes para vivir en estos nuevos espacios. Al reubicarla, se les garantiza estabilidad a través del empleo cerca de su nuevo domicilio, por eso tiene pequeños locales fabriles y sembradíos autosustentables cruzando su calle o enlazándolos a las empresas estrechamente ligadas a las fábricas de una provincia líder y clave en el desarrollo de la Franja y la ruta como Shaanxi y sus zonas de alta tecnología. Muchos de estos proyectos se diseñan en fases, por lo que siempre hay oportunidad para continuar el crecimiento a otras áreas, por ejemplo, más zonas de cultivo, pequeñas tiendas de abasto, etc., ante la constante llegada de más habitantes.
Estos procesos de reubicación son relativamente recientes, comenzaron en 2018 y no fue hasta un año siguiente cuando se vieron materializados y muestran también el vigor económico que ya cobra China para ocuparse de estos aspectos sociales. Es también el caso del poblado de Chan´g, distrito de Pingli, y en la comunidad de Ziyunnanjun, distrito de Hanyin, el nuevo hogar de las familias que provienen de zonas costeras o bien de las montañas. Los hogares son multifamiliares de al menos 10 pisos, sus interiores comprenden una sala, comedor-cocina y al menos dos habitaciones. En uno de estos espacios, residen la familia Zhon, cuyo jefe de hogar que se desempeña como electricista.
Estabilidad en los ingresos, es el principal problema que se busca solucionar con este tipo de medidas, pero garantizar los derechos de todos ha llevado a las autoridades locales del Partido comunista chino aplicar un sistema de seguimiento orientado por “tres principales portadores de apoyo y ocho centros para servir”. ¿en qué consiste esto? En primero lugar un comité comunitario, el parque de industria agrícola y las fábricas comunitarias, estos buscan resolver la rápida integración y el empleo industrial, indispensables para que la población cuente de manera inmediata con fuente de ingresos.
En lo referente, a los ocho centros para servir, se refiere a la creación de ocho centros que buscan ampliar la cobertura social de la nueva comunidad reubicada. En este aspecto, se tienen centro de servicios de conveniencia y abasto, guardería, centro de asistencia diurna a los ancianos y un centro comercial accesible, ofreciendo con ello un entorno que permita la atención de grupos vulnerables como ancianos y niños, pero también permita la conservación de las costumbres y tradiciones. Este constituiría el sistema de prestaciones sociales en las nuevas localidades.
Diversas asociaciones, entre ellas la de actividades artísticas, son un motor importante para que estas nuevas comunidades fomenten un entorno de unidad y se aproveche el tiempo destinado al ocio. Para ello, las plazoletas de cada edificio se convierten en punto de reunión colectiva para muestras artísticas de la localidad y otros entretenimientos de manera sistemática.
En Ankag, al menos 73 aldeas han sido reubicadas totalmente, pues sus hogares estaban en muy malas condiciones a causa de los desastres naturales, entre ellos deslaves de las falsas montañosas. “Aquí tenemos muchas seguridades: de vivienda, educativa, entre otras” dice la señora Lu Ji, nueva residente, desde el interior de la sala de su casa, quien nos cuenta que desde 2019 vive en esta nueva población.
Muchos de estos complejos requieren en su dirección de la estructura del Partido Comunista Chino, así, en esta nueva población de más de 2,688 habitantes, comenzó con 16 militantes hasta convertirse actualmente en 86, en tan solo tres años, todos ellos conjuntamente han impulsado el éxito de un modelo de vivienda popular, único en el mundo. China tiene en estas pequeñas urbes, la guía de lo que será el futuro de los centros urbanos de una potencia socialista de nueva generación. Este esfuerzo colectivo ha permitido reubicar a por lo menos 3 millones de personas del sector rural en el poblado de Chan´g y las cifras van en aumento considerando los nuevos planes en marcha.
De acuerdo con el estudio Urbanización y políticas de vivienda en China y el América Latina y el Caribe, China debe logra crear “un conjunto de metrópolis con una considerable población, esto traerá grandes beneficios a la zona en lo que respecta a la erradicación de pobreza, protección del medio ambiente, fortalecimiento de la economía y desarrollo integral de la sociedad”, y estamos viendo sus pasos, pero la marcha continua. Un lugar agradable para vivir y trabajar, forman parte del concepto de la honrosa medianía y pudimos observar que es una realidad de la que gozan decenas de familias chinas.