Siete de las diez principales presas de Durango por debajo del 40 por ciento de su capacidad
Durango, Dgo. — La alarmante situación hídrica en el estado de Durango ha alcanzado un punto crítico, con siete de las diez principales presas operando a menos del 40 por ciento de su capacidad de almacenamiento. Este fenómeno no solo amenaza el suministro de agua para consumo humano y agrícola, sino que también pone en riesgo la estabilidad económica y social de la región.
La más grande de estas presas, la Lázaro Cárdenas, también conocida como El Palmito, se encuentra actualmente al 27.8 por ciento de su capacidad, un nivel preocupantemente bajo que refleja la gravedad de la situación. El promedio de almacenamiento de las diez presas más importantes del estado se sitúa en un alarmante 31 por ciento.
La prolongada sequía, exacerbada por el cambio climático, es uno de los principales factores que han llevado a esta crisis. Las precipitaciones han sido considerablemente inferiores a las medias históricas, lo que ha impedido la recarga natural de los embalses. A esto se suma la creciente demanda de agua tanto para uso doméstico como para riego agrícola, que ha puesto una presión adicional sobre los ya escasos recursos hídricos.
La situación actual tiene implicaciones profundas para la población de Durango. La agricultura, uno de los pilares económicos de la región, se ve particularmente afectada. Los agricultores enfrentan restricciones en el uso del agua para riego, lo que podría traducirse en menores rendimientos y pérdidas económicas significativas.
Las autoridades locales y estatales están implementando medidas de emergencia para hacer frente a la crisis. Estas incluyen la racionalización del suministro de agua, la promoción de prácticas agrícolas más eficientes en el uso del agua y campañas de concientización para el ahorro de este vital recurso entre la población.
No obstante, estas medidas podrían resultar insuficientes si las condiciones climáticas adversas persisten. Es imperativo que se busquen soluciones a largo plazo, como la inversión en infraestructura hídrica, la reforestación de cuencas hidrográficas y el fomento de tecnologías de reutilización y reciclaje de agua.
Es vital que todos los sectores de la sociedad trabajen juntos para abordar esta problemática, adoptando medidas que aseguren la disponibilidad de agua para las generaciones presentes y futuras.
Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado será posible superar esta crisis y garantizar un futuro hídrico seguro para Durango.