¡Otro engaño! Gobierno de AMLO no es feminista
Una administración que no procura el bienestar de toda la sociedad en el cumplimiento de la misma Constitución, no puede decirse que es del pueblo ni mucho menos que es feminista
Un año más las mujeres salieron a las calles para exigir a una sola voz: ¡Justicia! ¡Ni una asesinada más! Este 2022, la asistencia a las diversas marchas en las ciudades del país el pasado 8 de marzo fue mayor debido a la indiferencia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, uno que se dice ser el más feminista. Sin duda otro engaño más, pues las acciones y recortes aplicados lo desmienten.
A cada rato, el presidente asegura que los homicidios van a la baja, pero los datos de las agresiones contra las mujeres reflejan lo contrario, y evidencian la fallida estrategia de prevención y combate que tanto presume el tabasqueño. Frente al incremento de sangre que se derrama diario en nuestro país, la estrategia es “abrazos y no balazos” y “moralicemos a la sociedad”.
Como los homicidios, los feminicidios han incrementado en estos últimos años. Tan solo durante 2021, el “Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) documentó mil cuatro crímenes catalogados como feminicidios, que representaron un aumento de 2.6 por ciento respecto a 2020”. Insisto, esto es el reflejo de la crisis que vive nuestro país.
Pero la violencia no sólo se manifiesta en las agresiones físicas, también a nivel institucional y gubernamental al eliminar apoyos y programas logrados por mujeres tiempo atrás, que daban cierta ayuda sobre todo a la mayoría de féminas de escasos recursos en México. ¡Que conste que Morena se dice feminista!
El golpe comenzó desde 2019 con la desaparición de las estancias infantiles, espacios fundamentales para quienes no tienen con quién dejar a sus hijos mientras salen a trabajar. Este programa se eliminó y la solución que dio López Obrador fue que ahora los abuelos cuidaran a los nietos y a ellos se les pagara el apoyo que antes recibían estos espacios.
Como es de todos sabido, el pretexto para desaparecerlos siempre ha sido el mismo: la corrupción y la austeridad. Sin embargo, empecinarse en “aplicar la austeridad le está costando a las mujeres para conseguir un supuesto ahorro de mil 400 millones de pesos que hasta hace dos años se utilizaban para aplicar políticas públicas de igualdad e inclusión en las escuelas, apoyo a viudas, proteger derechos de los menores, garantizar la seguridad de las mexicanas e impulsar sus negocios a través de créditos”.
Además de las estancias, comedores, refugios para mujeres violentadas, se dejó en el abandono a millones de familias sin comida o algún tipo de apoyos durante el primer año de pandemia, preocupación y golpe que recayó principalmente en las jefas del hogar, que son quienes se preocupan todos los días por llevar comida a la mesa.
Otros programas que se han quitado de un plumazo o a los que se les han reducidos los recursos con el firme propósito de irlos desapareciendo son: Programa de Mejoramiento de la Producción y la productividad indígena, Programa de Apoyo al Empleo, Programa para la Inclusión y Equidad Educativa, Participación Social para la Reconstrucción del Tejido Social, Promoción del respeto a los derechos humanos y atención a víctimas del delito, Plan de políticas de igualdad de Género en el sector educativo, Programa para el Monitoreo y Evaluación sobre la Política en Materia de Igualdad de Género, Apoyo Económico a Viudas de Veteranos de la Revolución Méxicana, Recursos para la atención de niñas, niños y adolescentes, Plan para atender asuntos relacionados con menores y el más reciente la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo, que como las guarderías, era un apoyo tanto educativo, de alimentación y como guardería mientras las madres tienen que trabajar.
A estos recortes también se suman los correspondientes con la salud como la cancelación de tratamientos para la atención del cáncer en mujeres, una de las principales causas de muerte en nuestro país, o los que tienen que ver con salud materna, sexual y reproductiva. Ni hablar de los que estaban dirigidos para la atención médica de los recién nacidos o los niños y adolescentes con discapacidad en donde también las mujeres son pilar fundamental para su vida.
El presidente Andrés Manuel ha insistido en que su administración es la que más inclusión de género tiene con la incorporación de mujeres en puestos públicos, sin embargo, qué papel juegan las mujeres en la autonomía para las decisiones, si para muestra está el papel que tiene la misma titular de la CNDH Rosario Piedra que no puede ser capaz de llevar una institución verdaderamente autónoma; o el caso de la que hasta hace unos meses fuera la primer secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, a quien en menos de la mitad de la administración la tuvieron que cambiar por conflictos con otros integrantes del gabinete.
Una administración que no procura el bienestar de toda la sociedad en el cumplimiento y respeto de todos los derechos estipulados en la misma Constitución para una vida plena, no puede decirse que es del pueblo ni mucho menos que es feminista. La actitud del mismo presidente morenista a rechazar cualquier disposición de entablar diálogos con organizaciones sociales entre ellas colectivos de mujeres, es signo de un gobierno autoritario que seguirá sacrificando vidas por la violencia y austeridad.
Las mujeres vamos despertando y a un solo grito exigiendo justicia para las víctimas de la violencia y desaparición, pero también para todo el pueblo mexicano que es de dónde venimos y a quienes nos están cobrando con vidas.