Multimedia: Nuevo Balsamar, pueblo abandonado por las autoridades
Balsamar, comunidad del municipio de Leonardo Bravo, Guerrero, donde hace casi siete años la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) construyó un conjunto habitacional para 210 familias damnificadas de los ciclones Ingrid y Manuel, viven hoy en condiciones de pobreza extrema por el abandono de los tres niveles de gobierno.
En septiembre de 2013, el huracán Manuel y la tormenta tropical Ingrid destruyeron más de la mitad de las viviendas; unas familias reconstruyeron sus casas, pero otras más, carentes de recursos económicos, aceptaron la reubicación en un predio perteneciente a los bienes comunales del municipio de Eduardo Neri, denominado Nuevo Balsamar.
Los habitantes de Nuevo Balsamar viven en muy malas condiciones pese a que se hallan a solo 25 minutos de Chilpancingo, la capital de Guerrero. Algunas de sus mujeres se emplean para hacer tortillas o quehaceres domésticos en Chilpancingo o Chichihualco. Los hombres venden aguacate o se alquilan para cargar y descargar tráileres comerciales o como peones de albañil.
La coordinadora operativa del Plan Nacional de Reconstrucción, Aurora Muñoz Martínez, reveló que se planeó mal la construcción del fraccionamiento y que el mismo problema enfrenta la mayoría de los 42 conjuntos habitacionales edificados en Guerrero para los damnificados de Ingrid y Manuel.
En igual situación se encuentran las escuelas de nivel básico (preescolar, primaria y secundaria), que empezaron a funcionar hace cinco años pero con numerosas deficiencias. El preescolar Josefa Ortiz de Domínguez tiene una sola aula y atiende a 22 niños de los tres grados; en la primaria Raúl Isidro Burgos, tres maestros imparten clases multigrado a 50 niños bajo una palapa de madera con techo de lámina galvanizada, cuya falta de paredes propicia la introducción de polvaredas, agua de lluvia, viento y frío. El aula fue gestionada por el diputado Carlos Sánchez Barrios.
Los daminificados guerrerenses elevan nuevamente la voz para pedir a las autoridades federales, estatales y municipales que entiendan su situación de miseria y ordenen las acciones necesarias para mejorar sus condiciones de vida.
Con información de Olivia Ortiz Trigo