La Unión Soviética salvó al mundo del nazismo
Por: Ehécatl Lázaro
No fueron los estadounidenses, ingleses ni franceses quienes detuvieron el avance militar de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Con su guerra relámpago, lanzada el 1 de septiembre de 1939, Hitler tomó Polonia en un mes; acto seguido atacó a Francia, derrotó a sus fuerzas armadas en 46 días y tomó París el 14 de junio de 1940. Gracias al factor geográfico, Hitler no avanzó con sus tropas y tanques a Inglaterra, pero sí envió a la aviación nazi a que bombardeara Londres y otras ciudades entre 1940 y 1941. Al terminar el primer año de la guerra, Hitler tenía totalmente sometidos a los franceses y a los ingleses los había reducido a la impotencia. Incluso Dunkerque, episodio que en las películas muestran como legendario, fue solo una desesperada operación de evacuación que buscaba rescatar a las tropas británicas estacionadas en Francia, ante el imparable avance alemán.
El 22 de junio de 1941 Hitler lanzó la Operación Barbarroja contra la Unión Soviética. Su objetivo último era exterminar a los pueblos eslavos y conservar algunos supervivientes para usarlos como esclavos; con los campos ucranianos se alimentaría a la nueva Alemania y con las inmensas reservas de petróleo y gas rusos se impulsaría a la industria y el ejército nazi. Hasta el invierno de 1941 todo fueron buenas noticias para Hitler: en cuatro meses los alemanes avanzaron desde la frontera soviética y llegaron a las puertas de Moscú y Leningrado (San Petersburgo). Pero a partir del invierno de 1941 las tropas nazis se estancaron; al no poder tomar militarmente las dos ciudades más importantes de Rusia, optaron por ponerles sitio para obligarlas a rendirse por hambre y enfermedad. Eso nunca ocurrió. En Moscú, las tropas soviéticas rompieron el cerco e iniciaron la contraofensiva en enero de 1942. En Leningrado las tropas y la población resistieron dos años en condiciones extremas y fue hasta enero de 1944 cuando lograron romper el cerco e iniciar una contraofensiva que obligó a los alemanes a retroceder. En Stalingrado (Volgogrado) los soviéticos montaron un dispositivo militar para detener el avance nazi que se dirigía a tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso; la batalla de Stalingrado fue de una intensidad sin precedentes: entre agosto de 1942 y febrero de 1943 murieron dos millones y medio de personas. Al final también en el frente de Stalingrado los soviéticos detuvieron el avance nazi e iniciaron la contraofensiva, logrando la rendición del mariscal Paulus.
Los soviéticos detuvieron solos a los nazis. Jamás recibieron apoyo de los estadounidenses, ingleses ni franceses. También los soviéticos solos derrotaron a Hitler. Fue la Unión Soviética quien tomó Berlín y quien obligó a Wilhelm Keitel a firmar, ante el mariscal soviético Gueorgui Zhukov, la rendición oficial de Alemania. Los estadounidenses combatieron a Japón en el Pacífico a partir de diciembre de 1941 y los ingleses combatieron a Alemania en el norte de África en 1942, pero no fueron esos teatros de guerra los que detuvieron el avance nazi ni los que llevaron a Hitler al suicidio. Esa es la razón por la que la Unión Soviética tuvo más de 20 millones millones de bajas mortales durante la guerra, mientras Francia tuvo 600 mil, Inglaterra 450 mil y Estados Unidos 420 mil. Los números hablan por sí mismos sobre quién derrotó al nazismo.
Todos los 9 de mayo el pueblo ruso celebra la derrota de la Alemania nazi, honra a quienes perdieron la vida en la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial) y refrenda su compromiso de luchar por la supervivencia y la soberanía de Rusia. La celebración de este 9 de mayo cobra especial relevancia ante un mundo que empieza a adquirir los tonos de una conflagración militar entre grandes potencias. En una intervención que hizo durante la guerra de Ucrania, Putin les recriminaba a los jefes de Estado europeos que antes eran los europeos quienes trataban de conquistar a Rusia (Napoleón y Hitler) y que ahora se habían rebajado al nivel de ser peones de un país extra europeo que también busca la destrucción de Rusia: Estados Unidos. Y es verdad. En Ucrania, Rusia no solo está enfrentando al nazismo ucraniano, sino fundamentalmente al imperialismo estadounidense que busca apoderarse de Rusia. Como lo dijo Putin, se trata de una cuestión de vida o muerte para Rusia. En la Segunda Guerra Mundial, la defensa de la Unión Soviética contra el nazismo alemán salvó a la humanidad de caer en las garras de Hitler; hoy, la defensa de Rusia contra el imperialismo estadounidense puede salvar a la humanidad de caer bajo un mundo unipolar que responda únicamente a los intereses de Estados Unidos y sus aliados. En esta batalla, Rusia no está sola. Tiene el apoyo de China, Venezuela, Siria, Cuba, Irán y los países afectados por el imperialismo estadounidense que han comprendido la necesidad de un mundo multipolar.