Opinión: Grupos ganadores y perdedores por la IA

Opinión: Grupos ganadores y perdedores por la IA

Ahora en día, la mayoría de los mercados laborales en Occidente siguen viviendo las complicaciones derivadas de la escasez de mano de obra, a pesar de que la tasa de crecimiento de la economía global se ha desacelerado sustancialmente desde 2021. El empleo se ha recuperado por completo desde la crisis de Covid-19 y el desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde principios de la década de 1970. Si bien los salarios nominales por hora han aumentado, en algunos mercados no han podido seguir el ritmo de la inflación, lo que ha provocado una caída de los salarios reales en la mayoría de los países.

En este contexto, estamos viendo el surgimiento de una revolución tecnológica que eventualmente tendrá impacto directo o indirecto en todos los puestos de trabajo. En un artículo publicado en el portal de Zerohedge el pasado 2 de agosto, titulado “¿A quién ayudará y a quien afectará la inteligencia artificial en el sector manufacturero?”, se hace referencia a un estudio sobre las perspectivas 2023 de evolución del empleo en los próximos 10 años, por parte de los países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), mismas que se centran en uno de los mayores catalizadores del cambio de nuestro tiempo: la inteligencia artificial (IA).

Se ha comentado ampliamente que es muy probable que la IA tenga un impacto significativo en el mercado laboral, aunque aún se desconoce el alcance exacto. Según el informe de la OCDE, dado que la IA es una “tecnología de utilidad general”, casi todos los sectores y ocupaciones se verán afectados.

En el capítulo 4 del reporte de la OCDE, titulado “Inteligencia Artíficial, calidad del empleo e inclusión”, redactado por Andrew Green, Angelica Salvi del Pero y Annelore Verhagen, se destaca que alrededor del 27% de los puestos de trabajo en los países miembros de dicho organismo internacional podrían estar en riesgo de desaparecer debido a la revolución de la inteligencia artificial, por lo que existe la necesidad real de instrumentar políticas públicas y privadas, con visión de largo plazo, sobre el uso de la IA en el lugar de trabajo.

La perspectiva presenta los resultados de la primera encuesta entre países sobre el impacto de la IA en el mercado laboral, que involucró a trabajadores y empresas en finanzas y manufactura en siete países de la OCDE.

Entre los puntos más destacables está el que las ocupaciones que requieren de elevadas habilidades, a pesar de estar más expuestas a los avances recientes en IA, aún tienen un riesgo mínimo de automatización; mientras que los trabajos que requieren bajas y medianas habilidades son los que corren mayor riesgo de desaparecer, incluso en la construcción, la agricultura, la pesca y la silvicultura, y en menor medida en la manufactura y el transporte, según la perspectiva de la OCDE, que además apunta que al día de hoy hay poca evidencia de efectos negativos en el empleo entre las empresas que adoptan IA.

El reporte agrega que, si bien la adopción de IA por parte de las empresas aún es relativamente baja, el rápido progreso en la tecnología, la disminución de costos y la creciente disponibilidad de trabajadores con habilidades de IA sugieren que los países de la OCDE pueden estar al borde de una revolución de IA.

El estudio menciona que al igual que otras tecnologías de automatización anteriores, la IA puede hacer que algunos trabajos sean redundantes, obligando a algunos trabajadores a encontrar un nuevo empleo o actualizar sus habilidades. Sin embargo, según los relatos de los propios trabajadores entrevistados, hasta ahora el mayor impacto de la IA se ha sentido principalmente a través de cambios en las tareas que realizan en sus funciones actuales, así como cambios en el entorno laboral. Estos cambios pueden tener un impacto directo en la calidad del trabajo de las personas y, por lo tanto, en su bienestar. Por ejemplo, la IA puede automatizar tareas peligrosas, lo que debería mejorar la satisfacción laboral y la seguridad en ciertos trabajos peligrosos. Por otro lado, los trabajadores pueden verse atrapados en un conjunto cada vez más reducido de tareas más simples, lo que podría eventualmente ejercer una presión a la baja sobre sus salarios.

Los trabajadores con habilidades específicas de IA, es decir, los trabajadores que desarrollan, capacitan o mantienen sistemas de IA, ganan salarios altos y disfrutan de primas salariales sustanciales, incluso en comparación con trabajadores observablemente similares con otras habilidades avanzadas (por ejemplo, software, cognitivas, etc.). Las primas salariales de IA más altas se encuentran en ocupaciones de gestión, lo que sugiere una demanda sustancial de trabajadores que sepan cómo la IA puede encajar en los procesos de manufactura más ampliamente.

Para el conjunto más grande de trabajadores expuestos a la IA, es decir, trabajadores que usan o interactúan con la IA pero que no necesariamente tienen o requieren habilidades especiales de IA, el uso de la IA solo ha tenido un impacto mínimo en los salarios hasta el momento.

Estos impactos mínimos en los salarios son consistentes con los hallazgos empíricos que sugieren que, hasta ahora, la IA solo ha tenido un impacto modesto en la productividad. Actualmente, es más probable que la IA sea adoptada por empresas más grandes e intensivas en capital (que tienden a ser más productivas), pero las ganancias de productividad son pequeñas después de tener en cuenta las diferencias observables entre las empresas. Dicho esto, la evidencia de estudios de casos más recientes que examinan aplicaciones específicas de IA generativa encuentra efectos más grandes en la productividad.

Las encuestas de IA de la OCDE encuentran que la mayoría de los trabajadores reportan un mayor disfrute en sus trabajos y una mejor salud mental y física. En los estudios de casos de uso de la IA, los trabajadores informan con frecuencia que la capacidad de la IA para mejorar el uso seguro de las máquinas es una razón que ha beneficiado la seguridad física.

Un mecanismo potencial para el impacto de la IA en la calidad del trabajo es que cambia la composición de tareas de los trabajos. Hasta la fecha, la IA parece estar automatizando tareas más tediosas y repetitivas de las que crea, al mismo tiempo que amplía la gama de tareas realizadas por los trabajadores y los ayuda en la toma de decisiones.

Al mismo tiempo, el estudio de la OCDE encuentra que una parte significativa de los trabajadores (tres de cada cinco) está preocupada por perder su trabajo por completo debido a la IA en los próximos 10 años. Una parte similar teme que los salarios en su sector disminuyan debido a la IA. Tres de cada cuatro trabajadores dicen que la IA ha aumentado el ritmo de trabajo y más de la mitad están preocupados por la privacidad.

El rápido desarrollo y adopción de la IA significa que se necesitará desarrollar nuevas habilidades, mientras que otras quedarán obsoletas. Los trabajadores de mayor edad, que están poco calificados son los que necesitarán más capacitación, pero tampoco se salvan los que tienen las mayores habilidades. Es por ello que los gobiernos deberían alentar a los empleadores a brindar más capacitación, integrar las habilidades de IA en la educación y apoyar la diversidad en la fuerza laboral de IA.

También existe una necesidad urgente de acción gubernamental para abordar los riesgos que la IA puede presentar cuando se usa en el lugar de trabajo, en términos de privacidad, seguridad, equidad y derechos laborales, y para garantizar la responsabilidad y la transparencia de las decisiones relacionadas con el empleo y que son respaldadas por la IA.

Como conclusión, menciono lo que Open Mind BBVA señala que en sentido de que el impacto de la IA en el futuro del trabajo es un tema complejo y multifacético que requiere una cuidadosa consideración y planificación. Si bien la IA tiene el potencial de revolucionar la forma en que trabajamos y mejorar la productividad, también plantea desafíos importantes, incluido el desplazamiento laboral y las preocupaciones éticas.

Para prepararse para el futuro del trabajo, las personas y las organizaciones deben priorizar la mejora y la actualización de habilidades para garantizar que tengan las habilidades y el conocimiento necesarios para prosperar en un mundo impulsado por la IA. Además, los formuladores de políticas públicas deben abordar los impactos potenciales de la IA en el empleo y trabajar para crear políticas que aseguren que los beneficios de la IA se compartan equitativamente.

En última instancia, la integración exitosa de la IA en el lugar de trabajo requerirá la colaboración y el diálogo entre la industria, la academia y el gobierno para garantizar que la IA se utilice de una manera que beneficie a la sociedad en su conjunto. Al mantenernos informados y proactivos, podemos navegar los cambios provocados por la IA y crear un futuro del trabajo que sea eficiente y equitativo.

Alejandro Gómez Tamez es Director General de CONCAMIN y de GAEAP.