Crece el ingreso en hogares de México; pero no para los más pobres
El Inegi dio a conocer en días pasados los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2022), de esta, es importante resaltar algunos datos para evidenciar que la política de “primero los pobres” no ha cumplido con el propósito que anunció el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al iniciar su mandato.
Al incluir información correspondiente a los años anteriores, revela la situación de las familias en la que vivían antes y después de la pandemia de Covid-19, su recuperación económica y el papel de los programas sociales.
En el informe de la ENIGH, se destaca que durante 2022, “el promedio de ingreso corriente trimestral por hogar fue de 63 mil 695 pesos, un incremento del 11 por ciento respecto a 2020”. Sin embargo, el 31.5 por ciento más alto fue para las familias con mayores ingresos, y solo un 2.1 por ciento para las familias pobres.
De estos datos se comprueba una vez más, que las transferencias de los programas sociales de la Cuarta Transformación no son la solución ni mucho menos están llegando a los pobres, como lo ha repetido hasta el cansancio el presidente morenista.
En cada oportunidad, el mismo López Obrador ha dicho que su gobierno ha incrementado la cantidad de recursos para los programas sociales, hasta duplicarse, como es el caso de las becas para estudiantes Benito Juárez, las pensiones para adultos mayores, y que “casualmente” se les han destinado en periodos de campañas.
Pero una cosa es asignar más recursos y otro garantizar la cobertura para quienes los necesitan, según el Inegi, se ha cumplido con la meta.
Sin embargo, el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig), las familias beneficiadas de los programas sociales incrementaron un 34 por ciento, pero, fueron los hogares considerados “más ricos” los favorecidos al triplicarse el número de las familias que reciben algún tipo de programa; cifra que contrasta con la de los hogares más pobres la cual disminuyó, pues en 2016 era el 68 por ciento y 2022 de 49 por ciento. En este mismo sentido son los estados más pobres como Chiapas, Oaxaca y Guerrero los que tuvieron menos apoyos. ¡No que ya era cobertura nacional para los más pobres!
Estos datos sólo vienen a confirmar lo que el Coneval adelantó en su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, en donde aseguró que entre 2018 y 2020, unos 10 millones de personas no tuvieron ni para comer, periodo que ya gobernaba Morena.
Los resultados que arroja el Inegi una vez más demuestran que la política de “clientelismo” a través de los programas sociales no es la solución para sacar de la pobreza a los más de 90 millones de pobres en México, porque demuestra que no están llegando a los que más los necesitan, aún cuando el problema es todavía más profundo al enfrentarnos a una sociedad en donde no se tiene trabajo formal o salario digno, pues únicamente el 8 por ciento del total de la población lo alcanza.
El problema no se resolverá incrementando recursos a becas y pensiones, sino re direccionando el gasto social en favor de los que realmente menos tienen, generación de fuentes de empleo y a su vez salarios dignos para que la gente tenga qué comer diario dignamente, así como una política fiscal equitativa que favorezca a las mayorías.
Estas propuestas y las que especialistas, agrupaciones y organizaciones han hecho a lo largo de los ya cuatro años y medio de administración morenista, quedarán una vez más en los oídos sordos de la historia porque en México, la única política que se acata es la que dice el inquilino de Palacio Nacional. Por eso y más necesitamos cambiar el rumbo de nuestro país.