Con la delincuencia desatada, en Mazatlán también la Policía abusa contra ciudadanos

Con la delincuencia desatada, en Mazatlán también la Policía abusa contra ciudadanos

Los abusos de autoridad contra pobladores de Mazatlán sin problemas con la ley, en contraste con grupos delictivos que se mueven libremente cometiendo fechorías y no son detectados por los elementos de seguridad pública, son un llamado a tiempo al alcalde Edgar González Zataráin, para que tome decisiones firmes que proporcionen a los ciudadanos la protección que necesitan y den a los criminales los castigos que merecen según determina el marco jurídico.

No obstante que el presidente municipal ya ha adelantado medidas, como la orden de prohibirles a los agentes preventivos que utilicen indumentaria que les cubra los rostros, y la mayor evaluación y vigilancia a los policías en activo, ayer se registró un nuevo abuso cuando elementos de la DSPM sometieron a un joven con excesivo uso de fuerza física en el sector Ramón F. Iturbe, de lo cual quedó evidencia en videograbaciones de los vecinos.

Días antes, el 9 de julio, fue documentado otro abuso cometido en un negocio de venta de pollos asados al cual llegaron alrededor de 10 policías municipales a golpear a uno de los trabajadores y saquear el establecimiento, caso que es investigado por el Órgano Interno de Control del Ayuntamiento, agregándose a la secuencia de ataques a mazatlecos pacíficos cuya protección está a cargo de la policía.

La depuración de malos elementos para que sea sustituidos por agentes formados en tácticas policiales con respeto a los derechos de las personas de paz es la exigencia social en Mazatlán ya que mientras la seguridad pública se torna peligrosa para los ciudadanos también la delincuencia anda en las calles cometiendo extorsiones, secuestros exprés, cobro de piso y todo tipo de ilícitos, redundando en la desprotección y el miedo.

Por tratarse de la extensa cronología de policías municipales que utilizan el cargo para vulnerar las garantías ciudadanas, con afectaciones a gente pacífica en otros puntos de la ciudad, como son los casos del Parque Bonfil o la agresión de un efectivo de Tránsito contra un mazatleco, las autoridades deben actuar rápido antes de que la levadura de la impunidad agrande el problema y lo saque del control del gobierno.

Basta con el crimen organizado pisoteando la expectativa generalizada de seguridad pública como para agregarle la prepotencia policial.