¿Y qué se dijo del informe de AMLO? Lo mismo de siempre
Pareciera que el gobierno “cuatroteista” no quiso quedarse atrás en las festividades del mundial y lo llevó al terreno de las marchas. Recordemos la ocurrida el 13N y la contramarcha que encabezó el Ejecutivo federal.
Y es que el revuelo que causó la marcha del presidente Andrés Manuel López Obrador ocurrida este fin de semana, se debió a que fue operada por el mismo Estado por lo que era de esperarse la concurrencia que obtuvo, tomando en cuenta que los cálculos de la 4T, de la que sabemos que lo suyo no son los números, dijo que fueron alrededor de un millón de asistentes. Al zócalo no le cabe esa cantidad de gente y está medido. ¿Qué requisitos pide Morena para ser funcionario? ¡Ah sí 10% inteligencia!
El motivo del por qué se realizó fue el 4to Informe de labores del mandatario tabasqueño ante todo aquel que fue por “su voluntad y con entusiasmo” al zócalo capitalino. Pero entre los gritos, empujones, jaloneos y demás que se evidenciaron en las redes sociales, el informe una vez más pasó desapercibido, cómo ha transcurrido todo la administración, porque el presidente se ha encargado de convertir de un informe de actividades a un auto halago televisado a nivel nacional cada cuatro meses acompañado de música. ¡Y luego dicen que no hay dinero!
Y aunque esta marcha de Estado obligó al Gobierno Federal a mostrarse de cuerpo entero como revancha de la anterior ocurrida por la oposición, también le valió para dejar de lado los datos de a lo que iban principalmente que era el informe, puesto que una vez más se mintió sobre los resultados. ¡Qué novedad!
Nada más que aquí hay una particularidad. Ya no estamos en aquel 2018 cuando López Obrador decía que el país entregado estaba en ruinas y que él se encargaría de levantarlo, que la corrupción era el principal motivo por el cual México no progresaba y que con el combate de la misma la situación cambiaría a favor de los más necesitados. La realidad es muy distinta de aquella que se insiste cada vez que se informa.
Y me centro en mencionar algunos problemas urgentes que se siguen repitiendo como un “avance” en el combate pero que están muy lejos de ese “país de las maravillas” en el que tanto insiste el presidente que vive.
Durante su discurso de más de una hora, el tabasqueño mencionó: “No ha habido hambre y por eso se ha mantenido la paz”. Una total mentira. En nadie cabe la duda que la crisis económica se traduce principalmente en alimentaria ante la exorbitante subida de precios a causa de la inflación. Es hasta una ofensa y de las graves decir que no hay hambre cuando los ingresos nulos o insuficientes en las familias mexicanas se traducen en que seis de cada 10 hogares en nuestro país no pueden garantizarse la alimentación, de acuerdo con reportes de la ONU. O que siete de cada 10 mexicanos no tiene para comprar la canasta básica, la cual no baja sus precios, o no come las tres veces al día, como lo dio a conocer la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Pero la alimentación no es lo único, también insiste en que se “ha mantenido la paz” en un país en el que matan en promedio a 200 personas tan solo en un fin de semana. En el país que ocupa el segundo lugar en homicidios a nivel mundial y también el segundo en América Latina con más feminicidios. 12 mujeres violentadas al día no habla precisamente de un avance en materia de seguridad ni mucho menos de procuración de la paz.
A las mentiras disfrazadas de “combates y avances”, se sumaron las relacionadas con la salud como el supuesto “abasto de medicamentos que tiene un avance del 94% en 9 estados donde se echaría a andar el famoso IMSS-Insabi”. Y ni abasto, ni Insabi garantizados se tienen.
Es cierto, los auto halagos del presidente nos han hecho quizá indiferentes a los informes presidenciales que en sexenios anteriores que representaban algo más parecido a una rendición de cuentas a los mexicanos por parte del Gobierno. Ahora son circo, maroma y teatro del que pocos se detienen a reparar en una y otra mentira. Quizá eso es lo que espera Andrés Manuel: “una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”. Pero no, señor presidente aquí eso no aplica.
Es cierto que el 13N se habló de un país que no existe en donde se nos prometió “ver por los pobres primero”, pero que en los hechos la realidad es totalmente opuesta.
Pero en la manifestación de Andrés Manuel, también se habló de un México que tampoco existe: promesas incumplidas que han tenido cuotas altísimas de vida, discursos vacíos y lo que acabamos de mencionar líneas antes.
Si los que vivimos la verdad de nuestro día a día, no el que dice el tabasqueño, sino la de no tener seguridad de regresar a casa con vida, de la falta de empleo y mejores salarios, de seguridad médica, educación de calidad y de gran cobertura, etc., y no la entendemos y la cambiamos, entonces seguiremos pagando las consecuencias de un gobierno dictatorial.