México no debe descuidar relación con China

Por Gerardo Torres Valdés, consultor político

México no debe descuidar relación con China

El arribo de Donald Trump a la Casa Blanca está poniendo en aprietos al gobierno mexicano. Estados Unidos ha decidido de nueva cuenta aislarse comercialmente (como hace 8 años). El 4 de marzo entró en vigor un decreto en donde todas aquellas mercancías que vayan de México y Canadá hacia Estados Unidos se les impondrá un 25por ciento de aranceles, salvo que otra cosa suceda o Trump cambie de parecer y levante los aranceles. México enfrenta una nueva realidad comercial con su vecino del norte. El principal socio comercial de México ha dejado de ser confiable, como lo demuestra esta medida gubernamental. Por lo anterior, hoy más que nunca México debe diversificar su comercio, no puede estar a merced de chantajes políticos cada vez que un inquilino de la Casa Blanca así lo desee.

El gobierno mexicano debe establecer una estrategia de seguridad económica comercial que, aunado al Plan México, sirva para potenciar el desarrollo industrial en nuestro país. En dicha estrategia debe contemplarse a China como un socio comercial confiable, en los hechos ya es el segundo socio comercial detrás de Estados Unidos, la inversión china genera una derrama económica sustantiva al país. La Inversión Extranjera Directa (IED) china en México alcanzó su nivel más alto en 13 años en 2023, con un gasto de capital que se disparó a 5 mil 600 millones de dólares, un aumento significativo con respecto a los 267 millones de dólares de 2018. En 2024, la inversión china en Nuevo León, el estado más industrializado de México, representó el 29 por ciento del total de la IED en la entidad de acuerdo con Héctor Tijerina, director de Invest Monterrey.  Otro estado que se ha visto beneficiado con inversión china es el estado norteño de Coahuila, según datos de la Secretaría de Economía del Gobierno Federal mexicano de enero a septiembre de 2024 el estado recibió 55.9 millones de dólares de inversión.

La postura del gobierno mexicano no debe ser confrontativa hacia China, sería un craso error imponer aranceles a todas las mercancías que provengan de aquel país como lo han dejado entrever autoridades mexicanas. El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en reiteradas ocasiones ha mencionado que la relación comercial de México con China se tiene que “revisar”. Es plausible que el gobierno mexicano busque potenciar los productos hechos en México, en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) la idea es que esto se concrete para que la integración económica entre los paises que forman parte de este tratado se dé pronto. Sin embargo, derivado de las presiones políticas que el gobierno de EEUU ha hecho hacia México, así como la intención de imponer aranceles a mercancías mexicanas de manera prolongada, México tiene que repensar su estrategia comercial. En un ambiente geopolítico tan convulso como el que se está presentando en el mundo, el cerrar las puertas a la inversión china sería una lectura equivocada por parte del gobierno mexicano. Nuestro principal socio comercial no es confiable, si fuera confiable en los hechos ya lo hubiese demostrado, pero no ha sido así, en tanto que China ha demostrado ser un país que no interfiere en los asuntos internos en los países en donde invierte.

Queda claro que por una cuestión geopolítica y proximidad geográfica con Estados Unidos el gobierno mexicano está tratando de hacer todo lo posible para que no se impongan aranceles a las mercancías mexicanas, pero lo que no se puede permitir es que un tercero decida qué tipo de inversiones y de qué país es conveniente recibir inversión.

México podría explotar nuevas áreas de oportunidad de inversión con China que no se han explotado. La inversión en energías limpias y desarrollo tecnológico son dos campos en los que ambos países pueden colaborar. Es menester impulsar una sinergia entre empresas chinas y mexicanas con el fin de que éstas últimas aprendan y reciban transferencia tecnológica de las primeras.

La relación, no solo comercial, sino también política y cultural de México con China a lo largo de los años se ha fincado en el respeto y colaboración, una relación en la que ambos países salen ganando. En tiempos comerciales convulsos México no puede limitar la inversión china, al contrario, se deben explorar nuevas oportunidades de inversión en vista de que nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, dejó de ser confiable, al menos en los próximos cuatro años.